Por la mañana un grupo de estudiantes tomó la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), hasta entonces controlada por el Gobierno del presidente Ortega.
El gobierno ordenó asediar al campus y poner fin al atrincheramiento de los universitarios, que respondieron con bombas artesanales y piedras.
Tambié se produjo la quema de las instalaciones de Radio Ya, emisora progubernamental
Por la tarde Ortega declaró estar dispuesto a reanudar las negociaciones para hallar una solución a la crisis, pero no accedió a poner fin a la actuación de las fuerzas de seguridad, tal y como le ha reclamado la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora del proceso.