El balance es provisional, las información es confusa. Lo que es cierto es que por lo menos 17 personas fueron asesinadas en una localidad de la diócesis de Makurdi, en el Centro-Norte de Nigeria. Entre ellas perdieron la vida también dos sacerdotes, que acababan de celebrar la misa de la mañana.

El padre Moses Iorapuu, director de la oficina de comunicación de la diócesis, confirmó la noticia: los sacerdotes Joseph Gor y Félix Tyolaha fueron asesinados durante un ataque en el que perdieron la vida varias personas mientras volvían a sus casas después de haber participado en la misa en la parroquia de San Ignacio Quasi. Fuentes locales refieren que algunas viviendas fueron incendiadas.

La diócesis de Makurdi expresó sus condolencias y al mismo tiempo quiso denunciar la inseguridad que vive la población frente a bandas de pastores Fulanos, etnia nómada del África occidental, que, debido a la urbanización y a la expansión de los terrenos agrícolas, ven reducidos los pastos para sus rebaños. Los agricultores acusan a los Fulanos de dejar que sus animales se nutran con sus cultivos. Los Fulanos acusan a los campesinos de negarles el acceso a zonas de pasto y ocupar las tierras.

En los últimos dos años, el número de muertes provocadas por ataques de estos grupos nómadas, que asesinan y queman casas, ha aumentado notablemente. El elemento del fundamentalismo religioso, típico, en cambio, de grupos terroristas como Boko Haram, no parece ser una causa de estos ataques, aunque varios católicos consideran que no se trata de episodios aislados entre sí. El ataque, que se verificó a las 5.30 de la mañana de este martes 24 de abril es el primero en tiempos recientes en el que fallecen también sacerdotes.