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Argentina: sacerdote al frente de lucha contra drogas
14 - 12 - 2013 - CULTURA - PolĂ­tica

Mientras la Iglesia lanzó una fuerte campaña contra las drogas en Argentina, la presidenta Kirchner aprovechó a nombrar a un sacerdote políticamente cercano a ella para dirigir la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), quien dice tener el apoyo del papa Francisco.

Según el sacerdote Juan Carlos Molina, el papa Francisco le habría dicho personalmente:‘metele para adelante, no importa que te critiquen’
Mientras tanto, la Iglesia ha separado las aguas, diciendo que el cura Molina no asume el cargo como representante eclesiástico, lo cual es absolutamente normal.
La Iglesia en la Argentina ha lanzado una ofensiva porque el comercio de la droga ha tenido un crecimiento se ha vuelto exponencial.
“El país se está convirtiendo en un campo de batalla entre narcotraficantes y esto es inaceptable”, denunció a los obispos, al final de su reunión anual.
El Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo dijo que el país
“corre el riesgo de encontrarse en una situación de no retorno”. “No es un problema en una región localizada. La preocupación viene del hecho de que la droga está instalada y presente en todas partes”.
La Iglesia se ha comprometido a luchar contra el flagelo de las drogas en los terrenos de las miserias de villa y en los pliegues oscuros de las grandes ciudades del país.
Aprovechando esto, una sorpresiva decisión fue tomada por la presidente en persona, el nombramiento del sacerdote Juan Carlos Molina como director de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), aparentemente sin buscar el consejo de las autoridades eclesiásticas.
Las autoridades eclesiásticas reiteraron que Molina, políticamente cercano al gobierno, llevará a cabo la tarea en forma personal, que no es “en nombre de la Iglesia”, y como es habitual en estos casos, será suspendido temporalmente del ejercicio del ministerio sacerdotal.
Juan Carlos Molina ha creado, hace años, la Fundación “Valdocco” de la que dependen 4 refugios, de prevención y rehabilitación en diferentes regiones de Argentina y otro en Haití para los niños huérfanos. En 2008 acompañó a Cristina Kirchner en su viaje a Roma, que terminó con la visita a Benedicto XVI.
El nombramiento de un sacerdote en una institución de gobierno de Kirchner, es la respuesta obvia a la crítica de la Iglesia de ineficiencia – y a la complicidad – del aparato de represión del tráfico de drogas.
La decisión de poner a un líder religioso en un organismo altamente sensible se produce poco después de un cambio de gabinete de la Presidenta que tiene tres objetivos: encarnar la presión de los obispos como parte de la lucha del gobierno contra el narcotráfico, apagar las fuertes críticas en vista a la elección presidencial, cambiar el enfoque de la cuestión de la adicción, en su totalidad puramente represiva.
Sabemos que el sacerdote – de formación salesiana – se opone a la despenalización del consumo de drogas, también se espera que su presencia en el gobierno potencie la acción del equipo de sacerdotes que trabajan en las villas miserias de la capital.
El titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina, afirmó que la presidenta Cristina Fernández le pidió que sacara el organismo “a la calle” y opinó que la Argentina “está en condiciones” de debatir el tema de la despenalización de la droga.
“Argentina está preparada para todo, no podemos ningunearnos a nosotros mismos”.
“Yo hablaría, en un principio, de la no criminalización, que es el gran problema; de no matar al perejil y dejar que el que tiene el negocio siga vivo y contento, vivito y coleando”.
“El tema de la droga tiene tres grandes elementos: (los responsables) tienen un fuerte estructura, mucha plata y creatividad y nosotros tenemos que ser orgánicos” para derrotarlos, resaltó.
El objetivo, expresó, es ayudar principalmente a los chicos que son rehenes del paco.
“Tenemos que proponer centros de día y de noche para que los chicos tengan contención”, afirmó.
Molina, dijo tener el acompañamiento del papa Francisco y de “mucha gente de la Iglesia” en su nueva tarea.
Molina sostuvo que el santo padre, el argentino Jorge Bergoglio, respalda su nuevo papel como lo apoyó siempre en esta misión.
“El Papa me acompaña, siempre ha sido conmigo muy hermano, muy pastor, muy comprensivo. El me dijo (incluso antes de su asunción en Sedronar) ‘metele para adelante, no importa que te critiquen’”.
Molina explicó también que para ejercer sus nuevas funciones le solicitó al obispado de Río Gallegos que le retirara las “licencias para el ejercicio público del ministerio”.
“Ahora no puedo dar misa ni tomar confesiones”, señaló el sacerdote, quien aseguró sentirse “muy acompañado por mucha gente de la Iglesia”.