El pasado diciembre informábamos sobre polémica portada de la revista National Geographic que mostraba -bajo el título “Gender Revolution” (Revolución de Género)- un niño transexual de 9 años. La primera edición del 2017 publicada por esta conocida revista ya está a la venta por 5,99 dólares.
Esta edición -definida por su editora jefe Susan Goldberg como un “ejemplar histórico”-, muestra entrevistas a niños de 80 países alrededor del mundo que expresan su “frustración” por no encajar en el hogar en el que han nacido.
El que aparece en la portada es Avery Jackson, un “niño transexual” de tan solo 9 años. Vestido de rosa de los pies a la cabeza -literalmente- Avery posa junto a la frase: “La mejor cosa de ser una niña es que ya no tengo que pretender que soy un niño”.
Jackson narra a la revista las dificultades por las que pasó cuando decidió “convertirse” en una chica. Asegura que perdió a sus amigos en preescolar porque “a sus madres no les gustó que fuera transgénero”. Además, cuenta que “todo de ser una chica es bueno”. Asimismo, junto a este ejemplar se ha lanzado otro en el que se puede apreciar un grupo de personas que son “etiquetadas” según el género con el que se sienten identificados.
Lo publicado por National Geographic es otro ejemplo más de la campaña -promovida desde organizaciones internacionales como la ONU- a favor de normalizar la ideología de género y todo lo denominado como ‘LGTB’. Una iniciativa destinada sobre todo a los niños, con el objetivo de “moldearles” e imponerles esta doctrina desde edades tempranas.
‘Un abuso infantil institucionalizado’
El Colegio Americano de Pediatras -el mismo que publicó un documento titulado ‘La ideología de género hace daño a los niños‘-, se ha vuelto a posicionar en contra de esta ideología asegurando que la portada de la revista “promueve una agenda política” y se aprovecha “de la ciencia y del bienestar de niños inocentes”.
Según la información publicada por el portal LifeSiteNews -recogida en España por Religión en Libertad-, los pediatras de EEUU han alertado sobre el riesgo que supone promocionar casos como el niño de la portada.
La presidenta de la asociación, Michelle Cretella, ha explicado que “el uso prolongado de tal cantidad de hormonas para provocar el cambio de sexo “pone en riesgo a estos niños de poder sufrir un problema cardiovascular, una enfermedad cardíaca, diabetes o cáncer”.
Cabe destacar que los padres del niño transexual han explicado que todo comenzó cuando su hijo les pidió comprarse un disfraz de princesa. Ellos accedieron y pronto llegaron más vestidos, camisones,zapatos…hasta que le empezaron a tratarle como una niña.
“Es poco ético y muy perjudicial que los padres tomen este tipo de decisiones con sus hijos porque las estadísticas dicen que en la inmensa mayoría de los casos crecerán fuera de la disforia de género”, explica Cretella. “Cuando un niño menor de 12 años cree que es del sexo opuesto y se le permite naturalmente llegar a la pubertad, entre el 75-95% de las veces ese niño aceptará su sexo biológico al final de su adolescencia”.
La presidenta del Colegio Americano de Pediatras ha concluido diciendo que “el apoyo de transexualidad en los niños es equivalente al abuso infantil”. “Cuando las instituciones académicas, médicas y otras de carácter público promocionan la toma de hormonas tóxicas y la extirpación quirúrgica de partes del cuerpo sanas como parte de la asistencia sanitaria para los niños acaban involucrados en el abuso infantil institucionalizado”.
