Entre las opiniones por las que Moa ha sido censurado figuran las siguientes, tal como él mismo las compendia:
-Una pareja homosexual no puede tener hijos. Es el "amor estéril" por naturaleza.
-El primer derecho de un niño es a tener un padre y una madre reales, no la parodia de dos papás o dos mamás.
"Lo anterior, desde luego", explica Moa, "es una constatación de la más elemental realidad, aunque a los homosexualistas, no necesariamente a los homosexuales, les pueda parecer 'ofensivo'".
Otras opiniones censuradas son:
-Por accidente, un niño puede verse privado de padre o de madre, o de ambos, y ser criado por otras parejas normales. Pero en el caso de la homosexualidad no es un accidente, sino un “principio” que pretende equiparar la familia normal a una parodia de ella.
-El argumento o argucia usado a menudo de que lo importante es el cariño cae aquí por su peso: el cariño real empieza por reconocer el derecho más básico del niño.
-Si no se reconoce el derecho más elemental del niño a una figura paterna y materna, el “cariño” se parece al que pueda tenerse a una mascota. La adopción homosexual reduce al niño, efectivamente, a una mascota.
-Otra argucia homosexualista se refiere a padres que maltratan a los niños. Este es un problema serio, y que va en aumento conforme la familia se degrada sistemáticamente, como hoy ocurre. Pero privar a los niños de la figura paterna y materna es ya un maltrato de principio, por mucho “cariño” que se le eche.
-El hecho de que en las parejas homosexuales uno de los miembros remede el papel masculino y otro el femenino, no mejora la situación, desde luego.
-No debe olvidarse, además, que los curas y no curas pederastas son en su mayoría también homosexuales. Hace poco Ramón Pi señalaba cómo en las webs homosexualistas se encuentran a menudo apologías de la pederastia.
Peor que las acusaciones de "antisovietismo"
"Cualquier persona que conserve algo de racionalidad y sentido común encuentra que las afirmaciones anteriores responden a hechos evidentes, sin necesidad de mayor explicación", añade Moa: "Pero los homosexualistas –la mayor parte de los cuales no son homosexuales, sino simplemente enemigos de la familia y de la Iglesia- son muy aficionados a crear embrolladas teorías que, como los comunistas, pretenden 'científicas'."
Al respecto Moa había escrito:
-No me opongo a que los homosexualistas expongan sus enrevesadas sandeces. Me opongo absolutamente a que las impongan y a que promuevan leyes totalitarias que les permitan perseguir a quienes discrepamos de ellos.
"Estas opiniones, naturalmente han sacado de quicio a los homosexualistas, que me acusan de 'incitación al odio'. Es como si los nazis me acusaran de incitación a odiarles por poner de relieve su racismo. Pero mis opiniones", desvela Moa, "sí han sido respondidas con verdaderas oleadas de insultos, obscenidades y deseos de muerte. Eso sí es incitación al odio, aparte de una expresión de odio enfermizo muy significativa. En Facebook, en Twitter, en los medios en general, la calumnia e incitación al odio a la Iglesia, por ejemplo, son constantes, pero por lo visto eso es 'normal'".
Y añade: "Esto de 'incitación al odio' es la argucia más repugnantemente hipócrita que ha inventado el totalitarismo hasta ahora para silenciar y perseguir a los inconformes. A su lado, las acusaciones de 'antisovietismo', por ejemplo, eran al menos más precisas y permitían saber a qué atenerse. Pero estos miserables pretenden montar una policía de los sentimientos, algo inédito, porque eso del 'odio' resulta de lo más etéreo e interpretable, como se ven en la felonía de Facebook contra mí".
"Para colmo", concluye, "los hipócritas de Facebook me invitan a que me autocensure: 'Puedes -el maleducado tuteo, creen estar tratando con coleguis- revisar el contenido de la página' para que me autoricen a volver a publicar. Dicen algunos que las redes sociales son una garantía de libertad. Ya ven con cuánta facilidad pueden convertirse en lo contrario. Esto no debe consentirse, y hago una llamada a todas las personas que conserven un mínimo sentido de la libertad y la dignidad, a movilizarse contra los nuevos totalitarios que, poco a poco, van imponiendo en la sociedad una tiranía nueva, la más vil que se recuerde".