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El testimonio de Irak interpela a occidente
22 - 06 - 2016 - IGLESIA - Asia

Irak, año 2003, 1.500.000 de cristianos. Irak, año 2016, entre 300.000 y 400.000. Han tenido que huir de sus casas ante el avance del ISIS, han tenido que dejar todo: hogar, tierra, familia…y otros aguantan a pesar de todo, a pesar del martirio. Mons. Alberto Ortega es el actual Nuncio Apostólico en Irak y Jordania y cuenta en esta entrevista para la Agencia SIC, cómo es la realidad de los cristianos en Irak.
 

Mons. Ortega habla del ejemplo de fe que están dando nuestros hermanos perseguidos y de la importancia de mantener el foco informativo en este conflicto para no acallar lo que está sucediendo.
Hace ya casi un año que fue nombrado Nuncio Apostólico en Irak y Jordania, ¿qué balance hace de este primer año?
Ya tenía cierto conocimiento de la zona a raíz de mi trabajo de los últimos años en la Secretaría de Estado que seguía la situación de estos países. Una cosa es ver los informes y otra es estar sobre el terreno. En Irak he encontrado una situación muy difícil, pero al mismo tiempo muchas cosas preciosas como todos los testimonios de los cristianos que han perdido tantas cosas para mantener su Fe. Es algo verdaderamente conmovedor y es muy bonito ver la actividad de caridad de la Iglesia para asistir tanto a los refugiados católicos como a los musulmanes. Es muy enriquecedor ver esta actividad de la Iglesia, que a pesar de los momentos tan duros que se están viviendo allí, sigue presente y trabajando para que los cristianos tengan el lugar que han tenido siempre en esa sociedad. Es muy bonito acompañar a estos cristianos, muchos de ellos refugiados, y ver los desafíos y retos que tienen que ir superando.
En una entrevista concedida a un medio declaró «vengo a ayudar, pero también a aprender de los cristianos perseguidos». ¿Qué es lo que ya ha aprendido de ellos?
Aprendes la belleza de la fe y que de un modo muy concreto el Señor llena tanto la vida que por El se puede perder todo. El testimonio de estos cristianos nos sacude el sopor de la fe que vivimos en Occidente. Gente que por afirmar al Señor lo han perdido todo y no ha dudado en decir que sí al Señor. Su testimonio nos invita a decir nuestro sí al Señor, ayudarles y a vivir esa comunión de la Iglesia con ellos. Se aprende mucho de su fe sencilla pero profunda. En esas circunstancias no se hunden y el Señor les sigue manteniendo.
Nos piden que recemos por ellos, y ellos también rezan por nosotros. Como representante del Papa me da mucho gusto llevarles el saludo y cariño del Papa que realmente les tiene muy presentes en sus oraciones y se acuerda mucho de los cristianos de Irak.
P. El 6 de agosto de 2014 cambió la vida de la Iglesia en Irak (más de 120.000 cristianos huyeron ante el avance del Estado Islámico)…¿Cómo ve la situación de estos cristianos y de los refugiados hoy? ¿Tiene solución?
R. Como dicen siempre, la esperanza es lo último que se pierde. Es una pena la disminución del número de cristianos, ya antes de la llegada del Estado Islámico se veía esta disminución. Ahora se habla de 300.000 cristianos o algunos más, frente a los 1.500.000 cristianos que había en el año 2003. Ha sido una disminución drástica. Hay bastante gente que se quiere ir y hay que intentar sostener su esperanza para que se queden allí, en su hogar. El futuro: hay elementos positivos como que el Estado Islámico está perdiendo terreno, aunque esto está trayendo consigo más atentados para hacerse notar y seguir con su estrategia del terror y a nivel de la comunidad internacional se está dando bastante prioridad a este conflicto.
La recuperación será un proceso largo y espero que algún día puedan volver a su tierra. La posibilidad del retorno no es solamente un gesto de caridad, es un derecho, el derecho de estar en su hogar. Esperemos que pronto se puedan liberar los territorios y puedan volver a sus casas y continuar con su vida.
Desde occidente vemos el conflicto a través de la información que los medios de comunicación nos transmiten… ¿Cree que los medios están contando la realidad tal cual es o en cierta manera la disfrazan o incluso la acallan?
Siempre hay el peligro de cambiar la realidad en función de ciertos intereses. Por ejemplo en general de Irak se habla poco, se habla cuando hay algún atentado que nos afecta aquí, como el atentado de los aficionados del Real Madrid. Es necesario que se informe para mantener el foco de atención ante un conflicto que está pidiendo a gritos una solución, como es el de Irak. Esta solución depende de ellos pero tiene que estar sostenida por la comunidad internacional. A nivel de ayuda, se está haciendo una labor muy bonita por ejemplo con Cáritas, por ejemplo Cáritas en San Sebastián ha sido muy generosa al igual que otras diócesis. Por ejemplo la petición de ayuda a las Naciones Unidas está presupuestada reducido al mínimo y no se está cubriendo ni la mitad. Si no hay una atención para que la gente sepa lo que está pasando, no podríamos llevar toda la ayuda que llevamos. Por ejemplo ahora, están intentando recuperar la ciudad de Faluya y la situación humanitaria se va agravando.
¿Cómo cristianos estamos obligados moralmente a acoger a ciudadanos refugiados en nuestras casas, en el caso de que por ejemplo, finalmente vengan a España?
Yo creo que más que obligados a acogerlos, los cristianos tenemos la gran obligación de la caridad y el mandamiento del amor. Por supuesto cada uno en sus medidas personales, pero detrás de cada refugiado los cristianos podemos ver el rostro de Cristo que tiene hambre y le damos de comer, tiene sed y le damos de beber. Esto hace bien tanto a los acogidos como a los que acogen.
A menudo la gente no diferencia entre refugiados y cristianos perseguidos. Dentro de los refugiados hay cristianos pero la gran mayoría son musulmanes… ¿Cómo poner en práctica la caridad cristiana?
En situación de necesidad quien lasufre es la persona. No es bueno excluir. El deseo que tenemos con los cristianos perseguidos es que se queden allí, ayudarles para que no abandonen sus hogares y hacerlo de una manera adecuada (con condiciones de seguridad, con casa…). La disminución del número de cristianos en Irak es una pérdida no solo para la Iglesia sino para toda la sociedad de allí. Nos gustaría que se quedaran para seguir contribuyendo al bien de su sociedad, como ha sido durante muchos años. Puede ser una ocasión de renovación social donde los cristianos pueden colaborar con sus hermanos de otras religiones para construir una sociedad.