La polémica la había iniciado Carlos Scarlatta, de la parroquia San Isidro Labrador, de Lima (Zárate), cuando prohibió el uso de calzas dentro de su iglesia. Según él, son una distracción para los fieles. Además, para dejar constancia de qué vestimenta es apropiada y cuál no, colgó una cartel en la parroquia que detalla la "vestimenta cristiana femenina". Para Scarlatta, la minifalda, los shorts, las calzas, y los escotes no forman parte de la vestimenta cristiana. Tampoco las ojotas. "Los hombres que están atrás de una calza... el tipo empieza a mirar para todos lados, al techo... porque insinúa. Está excitando", dijo el cura en declaraciones a la prensa.
Pero monseñor Laxague se manifestó en desacuerdo con esas medidas. "Quiero reafirmar como obispo de la diócesis que la Iglesia tiene las puertas abiertas para todos, quiere recibir a todos, quiere dejar entrar a todos, y quiere poder atender a todos sin discriminar a nadie", sostuvo en un videomensaje.
"Es de hombres, es de adultos, reconocer los errores y pedir perdón. Y yo asumo ese pedido de perdón a la comunidad, a los que se han sentido discriminados", añadió.
LA NACION