Alepo, la ciudad siria que hace años se caracterizaba por su prosperidad se ha convertido en un auténtico infierno. Sitiada desde hace más de dos años por las fuerzas rebeldes, sufre las consecuencias de la falta de agua y electricidad, y de los destrozos provocados por los continuos bombardeos.
“Es una ciudad mártir”, asegura la hermana Agnès-Mariam de la Croix en una entrevista concedida a RT. Esta monja denuncia el silencio mediático y de la comunidad internacional acerca de este asedio y de las atrocidades cometidas contra la población civil en una ciudad en la que las personas mutiladas a causa de la guerra aumentan día a día.
(Fuente: Infovaticana)