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Costa Cruceros echa a los sacerdotes de sus barcos
10 - 09 - 2015 - GENERALES -

Artur Jeziorek fue uno de los últimos apóstoles del mar. Durante cinco años, de 2008 a 2013 fue capellán de los barcos de Costa Cruceros, la única naviera que ofrecía este servicio en Europa. Ahora Costa Cruceros ha decidido prescindir de la figura de un capellán en sus trayectos, a pesar de las quejas de los turistas que elegían la compañía por ese motivo y de los miembros de la tripulación, a los que atendían estos sacerdotes, no sólo espiritualmente, y los apóstoles del mar como el padre Artur tendrán que volver a tierra.

Este sacerdote, que durante años ha atendido las necesidades espirituales de turistas y trabajadores de los cruceros, se lamenta de la decisión que ha tomado Costa Cruceros, ya que no eran pocas las personas que se acercaban a Dios durante sus vacaciones en alta mar y muchos los turistas que elegían realizar su viaje con Costa Cruceros por la posibilidad de asistir a la Santa Misa durante su crucero.

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Durante más de 30 años, la figura del sacerdote de mar ha ayudado a miles de personas que, al alejarse de su rutina diaria, aprovechaban para reflexionar. “El sacerdote de mar no estaba en el barco sólo para celebrar la misa para los pasajeros”, sostiene el padre Artur, y añade que gran parte de su tiempo lo dedicó a atender a la gente que necesitaba hablar y ser escuchada, también a los trabajadores de estos cruceros.

“Espero que esas personas encuentren un nuevo amigo para hablar y desahogarse, ahora que ya no existen los capellanes a bordo”, asegura el padre Artur. A pesar de que las capillas de los barcos de esta compañía siempre estarán abiertas para quien quiera orar en ellas, ya no se realizarán en alta mar celebraciones litúrgicas ni se administrarán los sacramentos, salvo en Pascua y en Navidad, y lo más importante: Dios no va en el barco, como sí lo hacía hasta ahora, en el Santísimo.

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Muchos de los trabajadores de Costa Cruceros que tienen que pasar largas temporadas viajando por alta mar también se han lamentado de esta decisión de la compañía, que les priva de poder ser atendidos espiritualmente. INFOVATICANA ha podido hablar con varios de ellos, que consideran que con esta medida “Costa deja huérfanos a tantos marineros que se apoyaban en el sacerdote como el mejor de los psicólogos”. “El sacerdote no sólo atendía espiritualmente, sino que era el encargado del bienestar de los trabajadores, organizaba las habitaciones y resolvía los problemas para que la convivencia fuera fantástica. Ahora se le echa de menos”, señalaba un trabajador de Costa Cruceros a INFOVATICANA.

El padre Artur cuenta cómo para muchos trabajadores, el capellán ha sido siempre una especie de amigo, a veces un padre. “A menudo he celebrado misa para la tripulación a medianoche porque era su único rato libre”, recuerda este sacerdote, que también ha tenido la suerte de bautizar y confirmar a miembros de la tripulación que se acercaron a Dios y a la Iglesia después de muchos años alejados.

“La gente de mar necesita un amigo a bordo, un padre en quien pueda confiar, con quien se pueda hablar, desahogarse, llorar y compartir la alegría”, sostiene el padre Artur, al mismo tiempo que reinvidica: “Por eso espero que un día puedan volver los capellanes a hacer su servicio”.

Costa Cruceros disponía de un sacerdote en todos sus barcos hasta que hace pocos meses los propietarios de la naviera, Carnival Cruise, fundada por el israelí Ted Arison y vinculada al lobby judío americano, decidiera prescindir de los más de 15 sacerdotes que trabajaban para la compañía. El presidente de la compañía, Micky Arison, hijo del fundador, es uno de los hombres más ricos del mundo y uno de los más ilustres representantes del lobby judío en Estados Unidos.

Para él, Costa es la manera de expandir la presencia de Carnival en el mercado europeo de los Cruceros, y parece que su primera medida no ha sido muy afortunada.


(INFOVATICANA)