En enero del 2014, el homosexualismo político obtenía un polémico triunfo al conseguir que los Boy Scouts of América (BSA por sus siglas en inglés) tuvieran que aceptar homosexuales a partir de ese mismo mes, una decisión que iba a comportar un conjunto de posibles complicaciones.

De hecho, los responsables de la organización se preguntaban entonces si deberían de cambiar sus políticas ante hechos como que los gays compartieran las duchas con scouts heterosexuales, su convivencia en las tiendas de campaña o si sus miembros iban a participar en celebraciones homosexuales como los desfiles del orgullo gay.

Un año después, ante la presión de las asociaciones LGBT sobre los dirigentes de los Boy Scouts en esta cuestión, se les ha solicitado que se termine con la política de veto como monitores a adultos homosexuales para que la entidad pueda subsistir.

"O los Boy Scouts cambian por sí mismos o al final será un tribunal quien les obligue", ha manifestado en la reunión anual de la entidad, celebrada en Atalanta (Georgia).

Al mismo tiempo, Gates, ex secretario de Defensa de Estados Unidos entre 2006 y 2011 (último gobierno de George W. Bush y primero de Barack Obama) y director de la CIA entre 1991 y 1993, ha remarcado que no piensa alterar los estatutos de la organización juvenil, pero sí adaptar las directrices a los nuevos tiempos para evitar su desaparición.

El 'acento gay' de los medios

Sin embargo, agencias como Europa Press y diarios como La Vanguardia, entre otros, han puesto un 'acento 'gay' en la forma de informar sobre la decisión de Gates.

Así, en lugar de resaltar que se trata de un intento para evitar la acción de la justicia y que no van a modificar los estatutos, los medios hablan de un ultimátum ante la supuesta discriminación que supone unos "conservadores estatutos".

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