"El Papa está muy contento y lleno de energía, tanto es así que agregó a su agenda tres actos", informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, durante una rueda de prensa para evaluar los resultados de la primera parte de la visita de Francisco al Extremo Oriente. Con casi un millón de fieles en la misa de canonización de san José Vaz, y 300.000 en el santuario de Madhu.

Según indicó Lombardi, el templo se llama Mahabodhi Viharaya, y es el mismo que Juan Pablo II visitó durante su visita al país. En esta ocasión, Bergoglio decidió por sorpresa visitar el templo de un monje budista, Banagala Upatissa, quien le había invitado en una ocasión que se encontraron en el Vaticano y a quien también saludó en el aeropuerto.

El Papa estuvo en el mismo durante veinte minutos, participando de la explicación que le hizo el monje y de los cantos. ¿Rezo Francisco en el templo budista? "Ha escuchado atento las explicaciones y los cantos de oración de los monjes", se limitó a responder el portavoz vaticano.

Tras la visita a Madhu, y la oración en el templo budista, Francisco se dirigió a la nunciatura de Colombo, donde recibió la visita del expresidente Mahinda Rajapaksa, quien había organizado el viaje pero perdió las elecciones celebradas el pasado 8 de enero y no pudo así saludar al pontífice.

Francisco llegó de Mahdu donde celebró una oración en el santuario mariano "muy tranquilo y contento". Asimismo quiso mantener un encuentro con los 20 obispos cingaleses a quienes no pudo visitar ayer porque acumuló demasiado retraso, y aprovechó su regreso temprano de Mahdu para visitarles, también por sorpresa, en el arzobispado. De hecho, cuando el Papa llegó, los obispos aún no habían regresado, con lo que el Pontífice hubo de esperarlos.

Sobre los riesgos a la seguridad vaticana durante la visita, Lombardi insistió en que los servicios de la Santa Sede siempre están en contacto con los servicios secretos de los países que visita el Pontífice, pero que "en el caso de Sri Lanka no hubo problemas. No hay riesgos extras".

No parece que el viaje a Filipinas, adonde Francisco llegará mañana, sea igual de tranquilo. Así, fuentes de los servicios de seguridad del país están viviendo un auténtico quebradero de cabeza, intentando prepararse para cualquier eventualidad, desde una avalancha hasta un atentado islamista, pasando por actos de 'lobos solitarios'.

Más de 40.000 soldados y policías serán desplegados durante cinco días a partir del jueves para garantizar la seguridad del pontífice argentino en este archipiélago mayoritariamente católico donde dos de sus predecesores sufrieron intentos de asesinato. "Este año será nuestra mayor pesadilla en cuestión de seguridad", comentó el jefe del ejército filipino, el general Gregorio Catapang, preparando a sus tropas.

La principal preocupación de las autoridades es la gestión de multitudes. Se calcula que hasta seis millones de personas podrían asistir a la misa del domingo en Manila. Cientos de miles de personas deberían seguir también los recorridos del Papa por las calles de la capital. Otro momento delicado será la visita prevista a la región devastada por un súper tifón en 2013.

El presidente filipiono, Benigno Aquino, ha suplicado a los filipinos que mantengan la calma y eviten crear avalanchas que pongan en peligro la seguridad del Papa, de 78 años. "Se lo pido. ¿Quieren que ocurra una tragedia en Filipinas en la que esté implicado el Papa y quede para la historia?", preguntó.

Las autoridades filipinas subrayan que al día de hoy no se ha detectado ninguna amenaza específica contra el Papa, pero algunos analistas consideran que podría ser un blanco para los islamistas locales. "Para grupos violentos opuestos al reinado de la Iglesia Católica, atacar al Papa sería como un trofeo, un logro importante", señala Rommel Banlaoi, director de un centro de estudios sobre el terrorismo en Manila.

"El mayor desafío sería un ataque cometido por un 'lobo solitario'. Es más fácil vigilar a los malos elementos de grupos violentos identificados", agregó subrayando sin embargo que el archipiélago ya fue capaz de asegurar en el pasado visitas de papas y de presidentes estadounidenses.(RELIGION DIGITAL)