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Obispo de Buenos Aires: “El Papa se siente blindado por el Espíritu Santo”
29 - 12 - 2014 - PAPADOS - Francisco

Enrique Eguía Seguí (Buenos Aires, 1962) conoce al Papa desde los años 80. Fue sacerdote en su archidiócesis y el propio Bergoglio lo consagró obispo auxiliar de la capital porteña en 2008. De paso por España, el prelado argentino asegura que Francisco está aplicando "el mismo modelo eclesial que se viene dando en Buenos Aires desde hace muchos años". 

Cree que las resistencias contra su primavera son "puntuales" y asegura que no teme por su vida, porque "se siente blindado por el Espíritu Santo".

Dice el pastoralista argentino, Carlos María Galli, que 'Dios vive en la ciudad'. ¿Lo comprueban ustedes en Buenos Aires?

Sí, sí, además fue una intuición, que surge de una homilía de una exposición de monseñor Bergoglio, cuando nosotros hicimos un congreso de toda la región urbana de Buenos Aires. Cómo alentar y animar a hacer una pastoral donde ante todo sea descubrir a Jesús, que ya está en medio de su gente. Lo que teníamos que hacer era una pastoral urbana; lo que tenemos que hacer es sobre todo detectar esas presencias de Dios como semilla del Verbo que ya está presente en la ciudad, con sus formas escondidas y en medio de una actividad necesaria.

A veces no es fácil descubrir los nuevos signos de los tiempos...

Claro, pero justamente esta expresión lo alienta, porque uno puede encontrar un sinnúmero de relaciones ocultas, de amor, de cercanía y de expresiones solidarias. Encuentro con el otro, y eso también está en la ciudad.

Y tampoco tiene que ser fácil ser obispo auxiliar de Buenos Aires en este momento...

Sí, pero también al contrario. Por suerte, Bergoglio siempre dejó un esquema de trabajo en equipo. Los auxiliares tenemos una muy buena relación con el presbiterio, con lo cual el rol que nos toca a nosotros es alentar las tareas de las comunidades, donde hay una presencia muy cercana a las bases.

¿Es un orgullo especial para ustedes ser la archidiócesis del Papa?

Sí, para nosotros muchísimo. Algo impensado y, además, alentador. Confirma un camino que, si bien ahora Bergoglio es el Papa (pero nosotros cuando era cardenal lo veníamos trabajando con él) de un modelo que es eclesial, que se viene dando en Buenos Aires desde hace muchos años.

 

¿Cómo es, esencialmente, ese modelo?

Se trata de un modelo esencialmente misionero: poner la iglesia en la calle. En Buenos Aires, él motivó un montón de acciones pastorales donde la Iglesia sale al encuentro de la gente. Tiene una actitud misionera muy grande. Es su prioridad. Le gusta una Iglesia que entre en diálogo con el mundo y le proponga horizontes de sentido.

A usted, lo de las periferias le suena desde hace tiempo...

Claro. Bergoglio decía siempre que, cuando uno quiere analizar el centro, si empieza por las periferias, recorre todo el camino y conoce así mucho más la realidad. Siempre miraba desde la periferia hacia el centro. Y eso es lo que sigue haciendo.

¿Hay resistencias a la reforma-primavera eclesial o son algo meramente puntual?

Creo que son puntuales. Yo diría que en Buenos Aires y Argentina prácticamente quedan diluidas las resistencias, o reducidas a algunos grupos muy extremos que ya a veces tenían estas críticas a la conducta de la Iglesia en Argentina cuando mostraba un modelo más dialogante...

¿Y en la curia Romana?

No conozco mucho, pero no parece, por lo que dicen aquí los cardenales. En el sínodo han aparecido tres o cuatro que, con sumo respeto y con todo su derecho a pensar diferente, lo han manifestado. Ya digo, con mucho respeto. Hubo creo que dos situaciones que fueron un poco exageradas o desubicadas. Pero después dicen que el clima en general es de diálogo y de respeto y también de preguntarse efectivamente si el Espíritu Santo nos está llevando por este camino.

 

¿Tienen miedo de que le pueda pasar algo malo al Papa?

No, no, eso me parece algo más mediático que otra cosa. A él se le ve siempre, por lo que cuentan, muy firme, muy sereno. Por lo que lo conocemos en Buenos Aires, es un hombre que cuando tiene claro dónde quiere ir, parece que no le importa lo que pase alrededor.

Tampoco le importa exponerse, porque va "a pecho descubierto"...

De hecho, creo que también él sabe que no tiene nada que perder, que es un hombre de avanzada edad, digamos, lo que le permite jugarse el todo por el todo.

Parece revestido de una misión, como si la providencia le destinase a reformar la Iglesia...

Sí. Como dice él mismo, se siente blindado por el Espíritu Santo. Ésa es la imagen que el propio Papa utilizó alguna vez. Sabe que va impulsado por una fuerza interior que hace que esté muy convencido. Actúa desde Dios.(RELIGION DIGITAL)