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10 Consejos de Francisco a empleados del Vaticano
23 - 12 - 2014 - PAPADOS - Francisco

El Pontífice realizó este lunes 22 diciembre un discurso a la Curia Roma con una lista de enfermedades de los “curiales” y sucesivamente en el aula Pablo VI encontró a los empleados del Vaticano. El Papa sorprendió a los empleados y sus familias pidiendo perdón. “No quiero terminar estas palabras de felicitación sin pedir perdón por mis faltas y por las de los colaboradores y también por algunos escándalos, que hacen tanto daño. Perdónenme”.

Precisamente, este año el Papa asombró por dos discursos centrados en la misericordia y la humildad del servicio a la Iglesia: “Ha sido el orgullo que ha transformado a los ángeles en diablos; es la humidad que hace a los hombres iguales a los ángeles. San Agustín”.

La ocasión además es singular, el Papa Francisco decidió, en su segundo año de pontificado que se organizará un saludo navideño para los empleados del Vaticano: jardineros, trabajadores de la limpieza, los porteros, los jefes de oficina, los ascensoristas, etc.

La costumbre era que el Pontífice recibiera solo a los cardenales y monseñores de la Curia Romana para pronunciar un discurso formal, recordar el año y buscar elementos de reflexión para el nuevo.

El Papa Francisco cita a San Paolo: “El ojo no puede decir a la mano no necesito de ti” (1 Cor 12, 21-25) para remarcar que cada miembro de la Iglesia, “incluso los más débiles” hacen parte del “cuerpo místico de Cristo”.

El eje del discurso ha sido la palabra “Curar” de la cuál deriva la palabra “Curia”. El Papa recuerda la labor de una “madre” que “cuida” de su hijo enfermo con “dedicación”. “Ella no se lamenta jamás de no haber dormido toda la noche, solo desea verlo curado”.

Al respecto, el Pontífice ha agradecido a los empleados del “cuidado” que actúan en su labor cotidiana. “Gracias por su compromiso cotidiano” la Curia debido al trabajo de los empleados “es un cuerpo vivo”.

En este sentido enumera 10 aspectos para 'cuidar' en la vida laboral y familiar:

Cuidar su vida espiritual, la relación con Dios. “Un cristiano que no se alimenta de la oración, los sacramentos y la Palabra de Dios, se desvanece y se marchita inevitablemente”.

Cuidar la vida familiar. Dar a “los hijos y seres queridos no sólo dinero, sino sobre todo el tiempo, la atención y el amor”.

Cuidar las relaciones personales con los demás, la transformación de la fe en la vida y las palabras, las buenas obras, especialmente hacia los más necesitados;

Curar el modo como se habla, purificando el lenguaje de las palabras ofensivas, la vulgaridad y la fraseología de la decadencia mundana;

Sanar las heridas del corazón con el aceite del perdón, perdonar a las personas que nos han herido y medicar heridas que hemos causados a otras personas;

Curar el trabajo haciéndolo con entusiasmo, con humildad, con habilidad, con pasión, con el alma que sabe cómo agradecer al Señor;

Cuidarse de envidias, concupiscencia, odio y sentimientos negativos que devoran la paz interior y transforman personas en destruidas y destructivas;

Curar el rencor que nos lleva a la venganza, y la pereza que nos conduce a la eutanasia existencial, indicar con el dedo que nos lleva a la soberbia, del lamentarse continuamente que nos lleva a la desesperación. Sé que a veces, para mantener el trabajo, se habla de alguien para defenderse. Entiendo estas situaciones, pero el camino no termina bien. Al final todos seremos destruidos entre nosotros, y no, no sirve. Más bien, pedir al Señor la sabiduría para morderse la lengua a tiempo, para no decir palabras insultantes, que después dejan la boca amarga;

Cuidar a los hermanos más débiles: Vi tantos ejemplos hermosos entre vosotros ¡enhorabuena! Es decir, tratar a los ancianos, los enfermos, los hambrientos, los sin techo y los extranjeros debido a esto seremos juzgados;

Curar que la navidad no sea una fiesta del consumismo comercial, del apego a regalos inútiles, sino que sea una fiesta de la alegría de acoger el Señor en el pesebre y en el corazón.

Antes de terminar, aseguró que cada persona puede pensar a lo que falta por curar en su vida y subrayó que hay que cuidar de la familia y los hijos como un tesoro. Luego, dirigió a los presentes la siguiente pregunta: “¿ustedes dedican tiempo para jugar con sus hijos?

Papa Francisco recordó el “Cuerpo místico de Cristo, es decir, la Iglesia” e invitó a los empleados a acercarse al sacramento de la Confesión, así como lo hizo minutos antes en el discurso a los jefes de la Curia romana.

Entretanto, expresó “también un particular agradecimiento a los italianos que a través de la historia de la Iglesia y de la Curia han laborado constantemente con ánimo generoso y fiel, metiéndose al servicio de la Santa Sede y del Sucesor de Pedro”. Además reconoció en este pueblo las huellas que ha dejado a la Iglesia sus “santos, papas, mártires, misioneros y artistas”.

El Papa también agradeció a las personas que trabajan en el Vaticano y que son de otras nacionalidades y están lejos de sus tierra y seres queridos. Por ende, llamadas a ser el “rostro de la catolicidad” de la Iglesia.  (ALETEIA )