Steckling sucede en el cargo a monseñor Rogelio Livieres, destituido hace menos de dos meses. Se trata de un sacerdote de gran trayectoria, con experiencia para una diócesis necesitada.

Con monseñor Steckling serán dos los obispos Oblatos de María integrantes del episcopado paraguayo. El otro obispo es monseñor Lucio Alfert, vicario apostólico de Pilcomayo.

Es la primera vez que un Oblato de María es nombrado obispo en una diócesis paraguaya que no sea Pilcomayo. Fue justamente Pilcomayo donde, tras su ordenación sacerdotal en 1974, inició su trabajo pastoral en Paraguay. Tras trabajar con aborígenes guaraníes, fue trasladado a Asunción donde trabajó en el prenoviciado.

Tras desempeñarse como provincial de Pilcomayo, y al retomar funciones en Asunción, fue designado Asistente del superior general de la Congregación, y, tras seis años al lado del padre Marcello Zago, luego obispo y secretario de la Congregación de los Pueblos, fue elegido superior general de los Oblatos de María.

Ocupó el cargo entre 1998 y 2010. Consultor de dos dicasterios romanos, fue elegido en 2012 rector del Seminario Mayor de los Oblatos en Asunción. La trayectoria del nuevo obispo respalda la decisión del Santo Padre, al designarlo en una diócesis tan conmovida como la de Ciudad del Este.

Monseñor Livieres había mantenido un enfrentamiento público con el ahora arzobispo emérito de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo. Éste había solicitado la reapertura de una investigación contra el vicario general de monseñor Livieres en Ciudad del Este por supuestos delitos de pedofilia cuando vivía en Estados Unidos.

Defendiendo a su vicario, Livieres recordó una acusación que había recaído sobre el entonces titular de Asunción unos años atrás, cuando Cuquejo fue acusado de homosexual. La destitución de monseñor Livieres a finales de septiembre ocurrió tras una visita apostólica a la diócesis y sus seminarios, de gran crecimiento en los últimos años.

Y la designación del nuevo obispo llega días después de que el Santo Padre acepte la renuncia de monseñor Cuquejo, por límite de edad.

Desde la destitución, tomada por la Santa Sede debido a “serias razones pastorales” y obedeciendo “al bien mayor de la unidad de la Iglesia en Ciudad del Este y de la comunión episcopal en Paraguay”, la diócesis paraguaya estaba en estado de oración, expectante por el nuevo obispo enviado por el Papa Francisco, como le confió a este periodista un seminarista. El nuevo obispo no tardó en llegar.

Además, en la misma tanda de nombramientos, el Santo Padre nombró al primer obispo de Schoenstatt para el Paraguay, el padre Francisco Javier Pistilli, superior regional de los Padres de Schoenstatt, quien será obispo de Encarnación.

Es en este país donde se encuentra el noviciado regional para la formación de los padres de Schoenstatt, en Tuparendá.(ALETEIA)