El historiador italiano y fundador de la asociación católica Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, considera que al papa Francisco le toca ahora "reformar la curia", es decir el gobierno central de la Iglesia católica.
"Del Sínodo de Obispos que se acaba de clausurar surge la necesidad de reformar el gobierno central de la Iglesia. El papa necesita personas en los dicasterios (ministerios) que estén en sintonía con él", aseguró en una entrevista al portal italiano Vatican Insider.
"El gobierno actual de la Iglesia es el mismo de la época de Benedicto XVI. Es justamente dentro de ese gobierno que Francisco encuentra más resistencias a cambiar. La reforma de la curia no puede limitarse a fusionar ministerios", comentó.
La primera asamblea de obispos de todo el mundo convocada por el papa Francisco en el Vaticano para debatir sobre los desafíos de la familia moderna se clausuró la noche del sábado tras dos semanas de labores con la aprobación por mayoría de un complejo documento final.
El texto, que no logró el consenso de dos tercios de los votantes en sólo tres de los 62 puntos temas que aborda, representa para varios expertos un respaldo a las propuestas de reforma que impulsa Francisco, como la apertura a las convivencias y a los homosexuales,ya que todos los puntos, aun los más controvertidos, obtuvieron la mayoría simple.
Si bien varios obispos que participaron se niegan a aceptar que existe una división entre progresistas y conservadores, muchos observadores estiman que Francisco salió victorioso al abrir un diálogo dentro de la Iglesia sobre temas que hasta ahora eran tabú, como la homosexualidad y el acceso a la comunión para los divorciados que se vuelven a casar.
"El sector conservador que gobernó a la Iglesia durante el largo invierno de 35 años ha perdido la hegemonía", escribió por su parte José Manuel Vidal, fundador del portal en español Religión Digital.
"Se impone el franciscanismo del sector moderado. La Iglesia se equilibra y vuelve al centro. El péndulo se resitúa. La Iglesia abre las puertas y se convierte en Casa del Padre, en casa de todos, y en hospital de campaña", sostiene.
Entrevistado por ese portal, Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal venezolana, quien participó en el Sínodo de la Familia, admitió que hubo mucha tensión entre dos grupos, pero que también se abrió una puerta "que ya no se va a cerrar".
"La mayoría del Sínodo está a favor de la comunión para los divorciados vueltos a casar", aseguró.
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