Según el último informe oficial, la llena histórica del río Paraguay ha obligado a unas 245 mil personas a desplazarse en todo el país.
Sólo en Asunción, la ciudad más poblada de un país de 6,7 millones de habitantes, casi 85 mil personas han abandonado sus hogares debido al aumento gradual del agua en todas las ciudades del río, donde se encuentran las aldeas más pobres.
Casi 50 mil niños de la capital se han visto obligados a abandonar todo, y algunos desde hace más de dos meses también la escuela; los más afortunados viven en casas de familiares o en los dos cuarteles militares habilitados en la ciudad.
La mayoría, sin embargo, están en los 126 campos o espacios temporales muy precarios, donde escasean la seguridad, los baños, la higiene y el agua potable.
La gente vive hacinada entre desconocidos y, en este contexto, los derechos de los niños son más vulnerables de lo normal. Según algunos especialistas, los niños en los campamentos de refugiados tienen tres veces más probabilidades de ser violados o de sufrir abusos. La Ong Plan International ha montado 18 tiendas “Anua”, que en lengua guaraní significa abrazo, para que los niños y sus familias puedan vivir en espacios abiertos, lejos del estrés y la crisis que están atravesando.(ALETEIA)