Asimismo, manifestó su dolor y preocupación por la dimensión global que está tomando el problema de las drogas en el mundo. “De esa manera crece el peligro para los jóvenes y los adolescentes”.

No al uso de cualquier tipo de droga. El Pontífice aseguró que no se deben aceptar pactos con el mal. Así ha manifestado su desacuerdo con el uso de “drogas ligeras” para las personas que “continúan a usar drogas”, incluso aquellas denominadas psicofármacos.

No a la legalización de las drogas porque es “rendirse” ante el problema. “La legalización de las llamadas drogas ligeras - continúo el Papa- no produce los efectos que se espera”.

La desesperanza puede llevar a abrazar la dependencia de la droga. “Pero para decir no, se necesita decir si a la vida, sí al amor, sí a la educación, sí al deporte, sí al trabajo”. La prevención del consumo depende de ayudar a los jóvenes a llevar una vida sana, confirmó el Papa.

El Santo Padre pidió reflexión sobre el caso de los 75 millones de jóvenes parados en Europa. “Un joven que ni estudia, ni trabaja”. Entra en está “falta de esperanza y la primera oferta son las dependencias, entre ellas la droga”.

Por otro lado, el Papa aplaudió el trabajo de los operadores y voluntarios que ayudan a las personas que sufren por la drogadicción para que vuelvan a “descubrir sus talentos personales”, porque “cada hombre ha sido creado a imagen de Dios”. Con realismo el Papa afirmó que no se puede pensar de solucionar el problema de las drogas con la rehabilitación. “Se necesita trabajar en la prevención. Esto hará mucho bien” dijo.

Por último, dirigió una palabras a los jóvenes que han salido del vórtice de la droga. “El ejemplo de tantos jóvenes que, deseosos de salir de la dependencia de la droga, se comprometen a reconstruir sus vidas, es un estimulo para guardar hacia adelante con confianza” confirmó. (ALETEIA)