Los peregrinos cristianos y los turistas presentes fueron aislados por la policía en un rincón de la iglesia mientras que los militantes judíos bailaban y rezaban, observó un fotógrafo de la AFP.
"Los cristianos recitaron oraciones sobre la tumba del rey David (situada en la planta baja del Cenáculo, ndlr) y para nosotros es una blasfemia", indicó a la AFP Shraga Brand, un fiel judío que vino para rezar contra la presencia de los cristianos durante el domingo de Pentecostés, que calificó de "provocación".
En virtud de este statu quo, los cristianos tienen libre acceso al Cenáculo, pero sólo están autorizados a celebrar dos misas anuales, una por el Jueves Santo y otra por el Pentecostés. Hoy piden poder disponer también del lugar.
Durante su peregrinación de finales de mayo, el papa Francisco presidió allí una misa ante responsables de las diócesis y órdenes religiosas de Tierra Santa.