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Francisco: Wojtyla, un gigante. Roncalli, un gran don
26 - 04 - 2014 - VATICANO - Causa de los Santos

Con motivo de la doble canonización de mañana, el Santo Padre escribe a los conciudadanos de Juan XXIII y manda un video-mensaje a los compatriotas de Juan Pablo II, citando a Ratzinger.

Karol Wojtyla era un «gran hombre, un gran Papa», y «soy feliz de haber sido llamado a proclamar su santidad». Además, como dijo Ratzinger al beatificarlo, era un «gigante de la fe», que «“abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos”».

«Queridos amigos de Bérgamo, al irse acercando el día de la canonización del beato Juan XXIII, sentí el deseo de enviar este saludo a su obuspo Francesco, a los sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas, a los fieles laicos de la diócesis de Bérgamo, pero también a quienes no pertenecen a la Iglesia y a toda la comunidad civil bergamasca». Papa Francisco, en ocasión de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, envió un mensaje (repsectivamente) a los polacos (con un video difundido por la televisión y la radio nacionales, además del Vaticano) y a la población de Bérgamo (publicado por “L’Eco di Bergamo”, además de la Santa Sede).


Sobre Juan Pablo II, Francisco dijo: « Todos sabemos que, antes de recorrer los caminos del mundo, Karol Wojtyla creció al servicio de Cristo y de la Iglesia en su patria, Polonia. Allí se formó su corazón, corazón que después se dilató a la misión universal, antes participando en el Concilio Vaticano II, y sobre todo después del 16 de octubre de 1978, porque en él encontraron lugar todas las naciones, las lenguas y las culturas. Juan Pablo II –afirmó el Pontífice– “se dio todo a todos”».


Además, Francisco citó muchas de las cosas que dijo Benedicto XVI el primero de mayo de 2011 en la homilía de la Misa de beatificación, sobre todo con respecto a la dimensión de «gigante» de la fe de Wojtyla. En el video-mensaje, el Pontífice indicó cuáles son los «desafíos pastorales» para la Iglesia polaca, entre las que indica «familia, jóvenes, pobres y vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada». Al final saludó a todos los que seguirán las celebraciones durante las que serán proclamados santos dos Papas, y agradeció « a todos los periodistas de diarios, radio y televisión por el servicio a la canonización del 27 de abril».

En cambio, sobre Juan XXIII, Francisco escribió: «Encomiendo este mensaje a “L’eco di Bergamo”, del que el joven sacerdote don Angelo Roncalli fue apreciado colaborador. Les invito a agradecer al Señor por el gran don que su santidad ha sido para la Iglesia universal, y les animo a custodiar la memoria del terreno en el que germinó». «Sé cuánto quieren a Papa Juan, y cuánto él quería a su tierra –prosigue la carta de Bergoglio. Desde el día de su elección al Pontificado, el nombre de Bérgamo y de Sotto il Monte se volvieron familiares en todo el mundo y todavía hoy, a más de cincuenta años de distancia, ellos se asocian su rostro sonriente y a su ternura de padre».

«Les invito a agradecer al Señor por el gran don que su santidad ha sido para la Iglesia universal –continúa la carta– y les invito a custodiar la memoria del terreno en el que germinó: un terreno hecho de profunda fe vivida en la cotidianidad, de familias pobres pero unidas por el amor del Señor, de comunidades capaces de compartir en la sencillez. Claro, desde entonces el mundo ha cambiado, y son nuevos los desafíos incluso para la misión de la comunidad cristiana. Sin embargo, esa herencia puede inspirar todavía hoy a una Iglesia llamada a vivir la dulce y consoladora alegría de evangelizar, a ser compañera del camino de cada hombre, “fuente de la aldea” a la que todos pueden acercarse para tomar el agua fresca del Evangelio».


«La renovación querida por el Concilio Vaticano II –añade Papa Bergoglio– ha abierto el camino y es una alegría especial que la canonización de Papa Roncalli se lleve a cabo junto a la del beato Juan Pablo II, que sacó adelante tal renovación durante su largo Pontificado. Estoy seguro de que también la sociedad civil podrá encontrar inspiración en la vida del Papa de Bérgamo y del ambiente que lo generó, buscando nuevas formas y acordes con el tiempo para edificar una convivencia basada en los valores perennes de la fraternidad y la solidaridad».


Papa Francisco concluyó su carta con estas palabras: «Cuando el ministerio lo llevó tan lejos, él siempre recibió de las páginas de “L’Eco” la voz y el llamado de su tierra. Les pido que recen por mí, mientras aseguro mi recuerdo y la oración por todos ustedes, en particular por los que sufren, por los enfermos (recordando el hospital que quisieron dedicar a Papa Juan) y por el seminario diocesano, tan importante para su corazón».