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Franciaco advierte a los obispos eslovacos contra “una religiosidad rígida”
13 - 09 - 2021 - IGLESIA - Europa
La cruzada de Francisco contra la ‘rigidez’ no da tregua. En su alocución en la Catedral de San Martín de Bratislava a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas, a “hacer crecer” a las personas “libres de una religiosidad rígida”. (Fuente: Infovaticana)

La libertad ha sido el eje de las palabras del Santo Padre, que ha seguido cargando en su mensaje contra la “religiosidad rígida” a la que ya ha asestado un desconcertante golpe con su más reciente motu proprio, Traditiones custodes. A veces también en la Iglesia, advierte el Papa, “nos puede acechar esta idea: es mejor tener todo predefinido, más que ser cristianos responsables y adultos que piensan, interrogan la propia conciencia y se dejan cuestionar. Queridos amigos, no tengan miedo de formar a las personas en una relación madura y libre con Dios. Esto quizá nos dará la impresión de no poder controlarlo todo, de perder fuerza y autoridad; pero la Iglesia de Cristo no quiere dominar las conciencias y ocupar los espacios, quiere ser una “fuente” de esperanza en la vida de las personas. Lo digo sobre todo a los Pastores: ustedes ejercitan el ministerio en un país en el que muchas cosas han cambiado rápidamente y muchos procesos democráticos se han iniciado, pero la libertad todavía es frágil. Por eso los animo a hacerlas crecer libres de una religiosidad rígida. Que ninguno se sienta presionado. Que cada uno pueda descubrir la libertad del Evangelio, entrando gradualmente en relación con Dios, con la confianza de quien sabe que, ante Él, puede llevar la propia historia y las propias heridas sin miedo y sin fingimientos, sin preocuparse de defender la propia imagen”. Y tal es el ansia de Francisco de liberarnos de la rigidez que poco a poco va recortándonos la libertad de ejercerla, como ha hecho con la Misa Tridentina, en una paradójica ‘libertad obligatoria’. “Continúen su camino en la libertad del Evangelio, en la creatividad de la fe y en el diálogo que brota de la misericordia de Dios, que nos ha hecho hermanos y hermanas, y que nos llama a ser artesanos de paz y de concordia”, ha insistido. Y si se tratase de las primeras palabras del pontífice, solo quedaría, quizá, preguntarse qué pueda significar la “creatividad de la fe”, hasta qué punto se puede ser ‘creativo’ con un mensaje que no es nuestro, que no nos pertenece y que procede del mismo Dios hecho carne; o qué quieres decir la extraña imagen de un ‘diálogo’ brotando de la misericordia de Dios. Pero, por lo demás, agradeceríamos ese énfasis en la hermosa libertad de los Hijos de Dios si no tuviésemos ya una historia de años que choca no poco con estas bellas palabras. Porque, para nuestra alarma, todos hemos podido comprobar que ese amor desatado a la libertad -el mismo que le ha hecho en este viaje pedirnos que desconfiemos de los ‘hombres fuertes’ en política, mensaje interpretado como alusión velada a su anfitrión húngaro, Viktor Orbán- desaparece cuando el tema de conversación es China, la mayor tiranía del planeta, tratada tan con guante de seda que ni siquiera su condición de país más contaminante del mundo con holgada diferencia parece indignar a un Papa tan ecológico.