Cardenal Sako: «La pandemia es el resultado del maltrato a la naturaleza y la vida»
02 - 06 - 2021 - DESAFIOS - Otros
La pandemia de coronavirus “no es un castigo de Dios, sino el resultado del mal comportamiento de los seres humanos hacia el medio ambiente y la vida, y de su búsqueda desesperada de dinero, que alimenta la proliferación de armas y prepara nuevas guerrasâ€. (Fuente: Infovaticana)
“Ante la emergencia de la pandemiaâ€, subrayó el purpurado, “los lÃderes del mundo deben cambiar su mentalidad, asumir sus responsabilidades y hacerse cargo del futuro de la humanidad y del cuidado de la naturalezaâ€. Los creyentes –explicó el Primado de la Iglesia caldea en su homilÃa- reconocen que Dios ama a los seres humanos y quiere su salvación, y rechazan la idea de que el mal y el dolor sean ‘castigos’ queridos por el Todopoderoso, recoge Fides.
Evidentemente, desde estas páginas no nos atrevemos a afirmar que la pandemia del virus de Wuhan esté siendo un castigo de Dios; aunque, de la misma forma, tampoco nos atrevemos a afirmar, como hace este prÃncipe de la Iglesia, que no lo sea.
El cardenal, sin embargo, dice que la pandemia es el resultado del mal comportamiento de los hombres hacia el medio ambiente. ¿En qué se basa? ¿Por qué dice semejante ocurrencia? SerÃa el resultado de nuestra búsqueda desesperada de dinero, “que alimenta la proliferación de armas y prepara nuevas guerrasâ€. Eminencia, ¿cuántas pandemias ha habido a lo largo de la historia de la humanidad?
PodrÃa entender que fuera un castigo de Dios por maltratar la naturaleza, por que estemos obsesionados con el dinero y porque haya armas y guerras. Pero, si no es un castigo por esos pecados, ¿cómo va a ser resultado de esas mismas causas? ¿Qué relación de causalidad hay? Sin una intervención divina de por medio, ¿cómo van a influir los vertidos en el Ganges en que haya un virus que mate a gente? ¿Se está vengando la naturaleza?
Durante la pandemia he notado cierta tendencia a evitar insinuar si quiera que la pandemia sea un castigo de Dios. Repito que no lo sabemos, pero durante toda la historia de la humanidad ―sólo hace falta coger la Biblia― se ha tratado esto con toda naturalidad, y a nadie le extrañaba que Dios pudiera castigarles. ¿Qué es si no lo que nos contaban en la catequesis hablando de Noé?
Recuerdo un momento impactante del confinamiento, la oración del Papa bajo la lluvia en una Plaza de San Pedro vacÃa. Mientras besaba al Cristo de San Marcello, el coro del Vaticano cantaba la siguiente antÃfona: “Perdona, oh, Señor, perdona a tu pueblo al cual redimiste, oh Cristo, con tu sangre: no estés airado para siempre con nosotrosâ€.
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