«La oposición en la Iglesia existe. Hay grupos a los que les gusta el Papa, a otros menos. Bien, paciencia. Hay diferentes sensibilidades también en la Iglesia, pero estas no son suficientes para hacer un cisma. No hay diferencias doctrinales tales que justifiquen otra división». Lo dijo el prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, en Soul, el programa entrevista que se transmitirá en Tv2000 el domingo 17 de noviembre.

«Oponer a los dos pontífices -continua Ouellet- no tiene sentido porque el Espíritu Santo tiene continuidad en sus elecciones. Necesitábamos una claridad doctrinal que el Papa Benedicto XVI nos dio, pero también era necesaria una cercanía al pueblo más concreta como la que nos está dando el Papa Francisco. Poniendo a los pobres en el centro de la Iglesia, nos puso a todos de nuevo en misión, porque todos estamos invitados a una caridad concreta y diaria, no solo con los lejanos sino también con los vecinos. La revolución y la novedad del Papa Francisco es la comunicación, que es la homilía todos los días, el diálogo con ateos y agnósticos. Este es el modo de manifestar de un Papa que está en misión, es decir, que va al encuentro con la humanidad».

Ouellet ha sido uno de los hombres clave del reciente Sínodo de la Amazonía: «Durante el Sínodo hemos hablado sobre los viri probati y no sobre el celibato. En la Amazonía, 27 millones de personas viven en la ciudad y 2.5 millones son indígenas dispersos. Por lo tanto, la Iglesia que piensa en el cuidado pastoral de la Amazonía no debe establecer todo solo en las regiones distantes. En la Amazonía se necesita un cuidado pastoral urbano y esto no salió a la luz lo suficiente. En este sentido, los resultados del Sínodo son una desilusión».