La resolución, aprobada por 405 votos a favor y 11 en contra, pide «conmemorar el genocidio armenio», así como «rechazar los intentos (...) de asociar al gobierno estadounidense con la negación del genocidio armenio».
La aprobación tuvo además el efecto añadido de realizarse precisamente el Día de la República tuca.
La reacción del gobierno otomano no se ha hecho esperar, y su ministro de Exteriores, Mevlut Çavusoglu ha asegurado que «es una venganza por haberles estropeado los planes en Siria». Y ha añadido que «esta decisión vergonzosa de explotar la historia con fines políticos es nula para nuestro gobierno y pueblo».
El presidente Erdogan, por su parte, ha asegurado que «la acusación es un gran insulto».
El contexto político de la resolución es la intervención de Turquía en su frontera con Siria a fin de acabar con el poder militar de los kurdos en la región. Algo que también fue objeto de una resolución condenatoria de la Cámara de Representantes estadounidense.
El Parlamento Europeo aprobó en abril del 2015 una resolución que exigía a las autoridades turcas reconocer el genocidio armenio, a la vez que apoyaba las palabras del papa Francisco tildando lo ocurrido de genocidio, lo que provocó la retirada temporal del embajador turco ante la Santa Sede.
