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Profético General de los jesuitas camino de los altares
15 - 11 - 2018 - VATICANO - Causa de los Santos

Artífice de la renovación conciliar de la Compañía de Jesús y figura destacadísima en la historia de la Iglesia. (Fuente: Religiondigital)

El Padre General de los jesuitas, Arturo Sosa SJ, ha confirmado a la Compañía de Jesús este miércoles, cuando se cumplen 111 años de su nacimiento, el inicio del proceso de beatificación de Pedro Arrupe, jesuita bilbaíno que fue Superior General de la Compañía de Jesús entre 1965 y 1983.

El P. General lo hacía en una carta donde manifestaba: "Tengo la alegría de comunicar a todo el cuerpo religioso y apostólico de la Compañía de Jesús que ha comenzado oficialmente el proceso hacia una posible beatificación del P. Pedro Arrupe, 28º Superior General de la Compañía de Jesús. Desde ahora, por tanto, ya es considerado 'Siervo de Dios'. La causa se ha puesto en marcha en el Vicariato de Roma, lugar de su muerte. Después de haberlo orado y considerado atentamente, la Compañía ha pedido el inicio de este discernimiento eclesial sobre la heroicidad de sus virtudes".

El P. General continúa en su carta: "Nos encontramos en los primeros pasos de su causa. Una vez recibidos el nihil obstat de la Santa Sede, el consentimiento de los obispos más cercanos a Roma dentro de la Conferencia Episcopal Italiana y constatada la ausencia de obstáculos de parte del pueblo de Dios, el 5 de febrero de 2019, en el 28º aniversario de su muerte, tendrá lugar en la basílica de San Juan de Letrán la sesión de apertura de su causa de beatificación".

A continuación, los distintos responsables del proceso diocesano comenzarán a trabajar tomando declaración a más de cien testigos repartidos principalmente en España, Japón e Italia. Con todo, ya estos meses previos han empezado su labor dos comisiones encargadas de revisar, respectivamente, todos sus escritos publicados así como otros muchos documentos no publicados, tanto del P. Arrupe como sobre él y del contexto socio-eclesial en el que vivió.

El Padre General señala en su carta diversas cualidades excepcionales de Arrupe y destaca su contribución a la Compañía, a la espiritualidad ignaciana, a la vida consagrada, al sacerdocio y al laicado. Arrupe ejemplificó "el deseo de integración de los mejores valores de la tradición con aquellos necesarios para la adaptación del cristianismo a los nuevos tiempos". También afirma que en sus últimos viajes ha podido comprobar personalmente "lo vivo que se encuentra el recuerdo y el legado del P. Arrupe".

Por último, anuncia la creación de un sitio web dedicado al nuevo "Siervo de Dios" y solicita remitir cualquier información relacionada con la causa a la Postulación General de la Compañía en Roma.
Breve biografía

Nacido en Bilbao en 1907, Pedro Arrupe es considerado una de las figuras más relevantes de la sociedad y la iglesia del siglo XX. Fue Provincial de los jesuitas del Japón, donde vivió en 1945 la terrible experiencia del estallido de la primera bomba atómica en Hiroshima. El 22 de mayo de 1965 la Congregación General 31 de la Compañía de Jesús lo eligió como vigésimo octavo Superior General. Entre las aportaciones del P. Arrupe, una de las más significativas fue su relectura del carisma ignaciano, en profunda fidelidad al mismo y con una acusada sensibilidad hacia los tiempos nuevos. Supo advertir los muchos y radicales cambios que estaban transformando el mundo y la Iglesia, así como la urgencia de adecuar la misión de la Compañía de Jesús, en la línea del Concilio Vaticano II y con un irrenunciable compromiso con la justicia y en favor de los pobres y marginados.

Los primeros pasos para introducir la causa de beatificación de Pedro Arrupe se dieron hace seis años cuando el entonces Superior General P. Adolfo Nicolás SJ pidió al P. Anton Witwer SJ, encargado de gestionar los procesos de beatificación y canonización de jesuitas, unas sugerencias sobre el procedimiento a seguir. Se iniciaba así el trabajo de recogida de información y valoración de la posibilidad de introducir la causa, dando respuesta a una petición con frecuencia expresada a la Curia General de la Compañía de Jesús, por la estima de que goza el P. Arrupe entre muchos jesuitas y no jesuitas.