Long mencionó además la ordenación de mujeres como una posibilidad, pero solo después de cambios aún más radicales. Sería “como echar vino nuevo en odres viejas“, pero que era una “transformación del sacerdocio” que ya estaba en marcha.

“… Por más importante que sea considerar la cuestión de la ordenación de las mujeres en la Iglesia, es mucho peor insistir en las estructuras que no permiten transmitir el mensaje del Evangelio a los anhelos profundos de los hombres y mujeres de hoy en día[…] Para que la Iglesia florezca, es más crucial que nos nos movamos más allá de su matriz patriarcal”

El obispo Long, considera que es Francisco el que está “derramando” este vino nuevo sobre la anticuada iglesia, misma que considera ha de ser renovada en sus estructuras para permitir los cambios que den paso a la ordenación de las mujeres.

“El Papa Francisco ha liberado una nueva energía, ha derramado un vino nuevo que no puede ser contenido en odres viejos. Ese vino nuevo está llevando a una transformación del sacerdocio”.

El Obispo Long tiene una historia de condenar a la “Iglesia del pasado” a pesar del estado actual de la Iglesia. También se sorprendió durante el referéndum australiano sobre el “matrimonio” entre personas del mismo sexo cuando les dijo a los católicos que testificaran la doctrina de la Iglesia y que estuvieran abiertos a “lo que el Espíritu está diciendo a través de los signos de los tiempos“.