Aram I solicitó al país «los miles de iglesias, monasterios, escuelas y centros, objetos culturales y espirituales que aún continúan expropiados ilegalmente por las autoridades, dado que la Corte constitucional ni siquiera se dedicó a analizar el recurso de apelación presentado», en una reflexión difundida por el periódico franco-libanés L’Orient-Le Jour.

El líder espiritual, de los cuatro millones de ortodoxos armenios que no dependen de Karekin II, indicó que el «reclamo legítimo» del pueblo armenio no es sólo que haya «un reconocimiento del genocidio», sino también que reparen los agravios sufridos, al tener en cuenta «las convenciones internacionales y a la Declaración de los derechos del hombre».