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La utopĂ­a del desarme y el negocio de la guerra
05 - 01 - 2014 - DESAFIOS - Otros

Sobre el tema de la guerra y la pacificación mundial, Aleteia.org ha entrevistado al profesor Fabrizio Battistelli, presidente del Instituto de Investigación Internacional del Archivo de Desarme de la Universidad La Sapienza de Roma, en ocasión de la celebración de la 47ª Jornada Mundial de la Paz.

¿Existe una tendencia hacia el desarme?

«Actualmente es difícil predecir un proceso de verdadero desarme que elimine los arsenales como invita la biblia. Más bien, se observa una remodelación de los mismos. Los gobiernos occidentales y la superpotencia, Estados Unidos (EEUU), tienen una propensión al ahorro de vidas humanas en los conflictos».

Las nuevas tecnologías de la guerra reducen el número de muertes en el ejercito que retiene dichos sistemas. Para un Estado entrar en guerra será más fácil sin la presión de las familias de las victimas de la guerra en casa. ¿Cómo explica usted esto?

«Para la opinión publica es cada vez más difícil aceptar las noticias que describen el luto por los soldados muertos en guerra. Las clases políticas de los países que practican operaciones militares están muy alerta para minimizar las perdidas de vidas durante los combates.

Este es el único “ahorro”, “un ahorro” para evitar la perdida de imagen. Al mismo tiempo se intensifican investigaciones y experimentos para evitar muertes en las batallas, sin embargo no hay garantía de que no hayan víctimas. Iniciando por las victimas inocentes causadas por los daños colaterales».

Cuando hablamos de daños colaterales, asiduamente se habla de ataques de guerra realizados por aviones sin piloto, los drones.

«Los drones es el clásico ejemplo de esta nueva estrategia. Los aviones sin piloto manejados a distancia de miles de kilómetros desde centros de control como aquellos de la NATO o de EEUU, facilitan tiempos y modalidades de ataque. Esta tecnología tiene la ventaja de reducir el riesgo para un piloto de ser derribado por los disparos de la artillería antiaérea.

No obstante, la presuntuosa precisión “quirúrgica”, no puede garantizar que la selección de un blanco no sea objeto de error, por ejemplo que un grupo de parientes o amigos que festejan un matrimonio sea confundido por un grupo de guerrilleros. Los daños colaterales pueden aumentar. Las tecnologías perfectas que anulan el error humano son una ilusión».

Los drones ¿pueden ser considerados una tecnología en expansión?

«La tecnología de los drones está destinada a difundirse en los países industrializados, en países intermedios como Irán. Actualmente, Estados Unidos es el país que más invierte en investigación y producción de drones, además de países de la NATO como Francia y Gran Bretaña. También Italia está invirtiendo en investigación para desarrollar vehículos teleguiados. Por supuesto, no podemos olvidar otras potencias de primer nivel como Rusia y China, además de países particularmente delicados para el contesto geoestratégico como por ejemplo Israel e India».

Además de los drones, la investigación se está intensificando en la perfección de soldados robot. ¿Qué opinión tiene de estas novedades en ámbito bélico?

«Le quiero precisar que los soldados robot son un dramático salto al abismo. Guerreros que no serán de carne y hueso para operaciones en campo. Las famosas botas militares no será usadas por miembros humanos, sino por verdaderas maquinas de guerra, que crean un serio problema ético y jurídico».

¿Cuáles son los problemas éticos y jurídicos de una guerra con soldados robot?

«El problema es que las maquinas pueden matar personas. Por ende, está naciendo un movimiento internacional para prevenir una aplicación de autómatas guerreros.

En esta historia del soldado robot, lo digo sin prejuicios, veo mucho del sueño estadounidense, es decir del matrimonio de la tecnología con el mercadeo.

Al respecto, la posición es utópica: “ciencia y técnica pueden resolver los problemas de la humanidad”. Es una actitud positivista de la cultura norteamericana con consecuencias que pueden ser buenas, menos buenas y pésimas.

Ya en los tiempos de la guerra de Vietnam el general William Childs Westmoreland había iniciado a promover la automoción del campo de batalla. Por lo tanto, es un idea antigua que hoy se caza con las exigencias de mercado a través de la investigación de sistemas de armas siempre más sofisticadas.

Una inversión que trae beneficios porque aumenta la demanda interna en términos macroeconómicos y asegura ganancias astronómicas para las empresas del sector bélico, además de impulsar las exportaciones de armas más tradicionales hacía el exterior. La guerra tecnológica es atractiva porque es una manera para crear enormes ganancias y desarrollar tecnologías a la vanguardia».

¿El mercado de las armas impulsará nuevas inversiones en los próximos años?

«La dirección es esa. Con respecto a un análisis científico, es ingenua la posición de quien espera una simple conversión de la industria bélica con el argumento de que los mismos recursos podrían ser destinados a potenciar una larga lista de bienes y servicios para mejorar la calidad de la vida de los ciudadanos de un Estado.

El gasto militar tiene una constitución robusta y la investigación en la producción bélica activa sectores que no se pueden subestimar. Cien dólares de gasto en investigación para fabricar un dron tiene una repercusión tecnológica y financiera mucho más compleja con relación a cien dólares invertidos en educación o para resolver el problema de la casa o de otros bienes sociales».

El gobierno italiano para el próximo año invertirá en gastos militares alrededor de 23.000 millones, según la ley de estabilidad. En un contexto de crisis general, ¿este dinero no podría ser invertido en las empresas civiles y en las escuelas? ¿No le parece que está es una contradicción con respecto a la situación de crisis que vive el país?.

«Seguramente. Pero también nosotros (los italianos), en una medida mucho más modesta con relación a las grandes potencias, caemos en la tendencia de la capitalización y la mejora tecnológica del gasto militar. Los grandes temas del estado social: la escuela, la universidad, la salud y el apoyo del empleo serían prioridades más urgentes en términos sociales».

¿Qué opinión tiene de papa Francisco y su compromiso por la paz en el mundo?

«Se trata de un mensaje evangélico y revolucionario al mismo tiempo. Porque podemos considerarlo un anuncio drásticamente innovador. No hace referencia a la paz como un mensaje retorico, sino la propone dentro de lo que parece ser un designio, una visión de profunda renovación de la Iglesia y del discurso público hecho por la Iglesia.

Y es novedoso también en los contenidos cuando se vuelve una alternativa frente a las acciones de los gobiernos, que cada vez más toman posiciones contradictorias.

El mensaje es profético y verosímil. La voz de papa Francisco es una voz critica, que llama la atención en el desierto de las lógicas contemporáneas. Uno de los testimonios más novedosos de la reciente historia mundial».(Aleteia)