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Roma: adhesión a la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio
08 - 04 - 2018 - -

Cardenales, obispos, sacerdotes y fieles laicos emitieron ayer en Roma una declaración en la que reiteran su adhesión a la doctrina inmutable de la Iglesia sobre el matrimonio, los sacramentos y los preceptos morales absolutos. (Fuente: Infocatolica)

El congreso había sido organizado por la asociación «Amigos del cardenal Carlo Caffarra», ya que era uno de los últimos deseos del arzobispo emérito de Bolonia, fallecido en septiembre pasado.

En el congreso intervinieron los cardenales Walter Brandmüller, Raymond Burke y, desde Hong Kong, Giuseppe Zen Zekiun; el obispo Athanasius Schneider; el filósofo y ex presidente del senado italiano Marcello Pera; el canonista Valerio Gigliotti; el bioeticista Renzo Puccetti. También se volvió a escuchar una intervención del cardenal Caffarra en defensa de la Encíclica de Pablo VI «Humanae vitae»,

El tema del Congreso era «Iglesia Católica: ¿adónde vas?» y tenía como subtítulo una frase del propio cardenal Caffarra: «Solo un ciego puede negar que hay una gran confusión en la Iglesia», en alusión a las interpretaciones contradictorias de la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre la familia, Amoris Laetitia, y la confusión sobre la doctrina y la práctica pastoral que de ella se ha seguido.

Declaración final del congreso «Iglesia católica, ¿adónde vas?»

Nosotros testimoniamos y confesamos...

 

Debido a las interpretaciones contradictorias de la exhortación apostólica «Amoris Laetitia» se extienden el desconcierto y la confusión entre los fieles del mundo entero.

La urgente petición, realizada por cerca de un millón de fieles, además de por 250 hombres de letras, y también por varios cardenales, que solicitaban al Santo Padre una aclaración acerca de estos temas no ha sido escuchada hasta ahora.

En el grave peligro que todo esto ha creado para la fe y la unidad de la Iglesia, nosotros, miembros bautizados y confirmados del Pueblo de Dios, estamos llamados a reafirmar nuestra fe católica.

Nos autoriza y anima a hacerlo el Concilio Vaticano II, que en «Lumen Gentium», n.33, afirma: «Así, todo laico, en virtud de los dones que le han sido otorgados, se convierte en testigo y simultáneamente en vivo instrumento de la misión de la misma Iglesia 'en la medida del don de Cristo' (Ef 4, 7)».

Nos anima a hacerlo también el beato John Henry Newman, el cual en su escrito, diríamos profético, «On Consulting the Faithful in Matter of Doctrine», indicaba, ya en 1859, la importancia que los laicos ofrecieran testimonio de su fe.

Por eso nosotros testimoniamos y confesamos de acuerdo con la tradición auténtica de la Iglesia que:

El matrimonio rato y consumado entre dos bautizados solo puede disolverse con la muerte.
Por eso los cristianos que, casados con un matrimonio válido, se unen a otra persona mientras su cónyuge sigue todavía en vida, cometen el grave pecado de adulterio.
Estamos convencidos que esta es un norma moral absoluta, que obliga siempre y sin excepciones.
Estamos también convencidos de que ningún juicio de conciencia subjetivo puede hacer que una acción intrínsecamente mala sea buena y lícita
Estamos convencidos de que el juicio sobre la posibilidad de administrar la absolución sacramental no se basa sobre la imputabilidad del pecado cometido, sino sobre el propósito del penitente de abandonar un modo de vida contrario a los mandamientos divinos.
Estamos convencidos que los divorciados que se han vuelto a casar civilmente y no están dispuestos a vivir en continencia, están viviendo en una situación objetivamente contraria a la ley de Dios y por eso no pueden acceder a la Comunión eucarística,
Nuestro Señor Jesucristo dice: «Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Jn 8, 31-32).

Con esta confianza confesamos nuestra fe ante el supremo pastor y maestro de la Iglesia y ante los obispos, y les pedimos que nos confirmen en la fe.