El sacerdote clandestino del este de China Cheng Zhi aseveró que las negociaciones del Vaticano para establecer relaciones diplomáticas con el gobierno comunista de Xi Jinping "no sólo harán que la Iglesia pierda su rol de profeta y de conciencia en la sociedad, sino que además promoverá la conducta maliciosa de aquellos que son injustos".

El presbítero indicó que "los opositores, en efecto, no se oponen a un acuerdo y establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano" sino que no quieren que este pacto sea alcanzado "a costas de abandonar normas disciplinarias de la Iglesia establecidas hace largo tiempo, o una línea de fondo", puesto que "este tipo de acuerdo no aportará ningún beneficio a la Iglesia".

"Debiéramos considerar la credibilidad de las partes que negocian. ¿Cuándo fue creíble el Partido Comunista? Nació en medio de la mentira", sostuvo Cheng, al recordar los tratos del régimen. "Hay continuos episodios de destrucción de cruces, de clausura o demolición de iglesias; y nunca dejó en suspenso la prohibición que rige sobre los menores para practicar la fe e incluso a entrar en una iglesia", precisó.