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"Hay un plan para aniquilar a los cristianos de Oriente Medio"
19 - 02 - 2018 - INTERRELIGIOSO - Otros

Es el patriarca sirio-ortodoxo de Antioquía y todo Oriente y denuncia sin pudor la persecución contra los cristianos, los intereses internacionales en Siria y el juego político en torno a una guerra que tiene como víctimas a civiles inocentes. Así describe la guerra en Siria Su Santidad Mor Ignatius Aphrem II. (Fuente: Infovaticana)

Convencido de que los medios de comunicación han distorsionado la realidad del país para forzar el “cambio de régimen en Siria”, el Patriarca reconoce que ha visto y experimentado “incidentes donde los medios de comunicación estaban transmitiendo algo totalmente diferente de lo que estaba sucediendo en Siria. Lo hicieron porque ciertos medios de comunicación de Occidente o ciertas organizaciones formaban parte de un plan para forzar el cambio de régimen en Siria. Para hacer esto posible, siempre son necesarios los medios de comunicación”.

Habla, incluso, de conspiración: “Aunque a la gente no le gusta denominarlo de esta manera (…) los medios estaban mostrando una imagen interesada, políticamente correcta para ellos y para las personas que están detrás de ellos”.

Así pues, la pregunta siguiente es obligatoria. Y si la realidad que algunos medios trasladan de Siria no es real, ¿cuál lo es? ¿Qué pasa en Siria?

“Creo que la situación está mejorando”, señala el Patriarca, que añade que “hay más control por parte de las fuerzas gubernamentales. Cada vez hay menos áreas en manos de los rebeldes, pero todavía hay ciertas zonas donde no podemos ir. Esos lugares están totalmente controlados por los combatientes del Estado Islámico o por los de Al Nusra. Nuestra gente vive sobre todo en áreas controladas por el Gobierno”.

Explica que el “sufrimiento humano continúa”, porque sigue habiendo carencia de determinados medicamentos y porque ciertas necesidades diarias no pueden ser atendidas. “La fluctuación de nuestra moneda está perjudicando a la gente. Las sanciones que se imponen a Siria están perjudicando a nuestro pueblo. Durante nuestros viajes al extranjero, cuando nos reunimos con instituciones u organismos oficiales, les contamos todo esto. Se lo explicamos. Les hacemos saber que las sanciones no perjudican a los funcionarios, no perjudican al Gobierno, perjudican a las personas. Por lo que esperamos y rezamos para que estas sanciones, que no tienen nada que ver con Naciones Unidas sino que son impuestas por Occidente, sean eliminadas. El pueblo sirio necesita vivir con normalidad y estas sanciones están haciendo sufrir enormemente a los ciudadanos”, denuncia abiertamente.

Describe una Siria en la que bienes que antes eran accesibles a todo el mundo se han convertido en un producto de lujo pero, eso sí, señala que “las cosas ahora están mucho mejor en términos de seguridad. Para los cristianos y para todos los demás. Aunque todavía caen bombas, incluso en Damasco, las fuerzas gubernamentales hacen todo lo posible para solucionar la situación. Nuestra gente al noreste sufre también mucha presión a causa de la llamada ‘administración local kurda’ y muchas personas se han marchado por este motivo”.

El futuro de Siria
Preguntado por el futuro de Siria, por el final de este sangriento conflicto, el Patriarca señala que todo dependerá de “lo que los ‘peces gordos’ quieran”. “Si se dejara decidir a los sirios, añade, creo que esto podría haberse terminado hace mucho tiempo”.

“Recientemente tuvo lugar una interesante ‘confesión’ por parte del exministro de Qatar, que confirmó que qataríes y saudíes estaban apoyando al Frente al Nusra, que es una organización terrorista. Todos estamos esperando que se produzca el llamado ‘gran acuerdo’ entre los rusos y los estadounidenses, y eso repercutirá también en los saudíes y en Irán y, con suerte, en los sirios sobre el terreno. ¿Cuándo ocurrirá esto? No lo sabemos. Hay muchos grupos que tienen intereses en Siria, muchos niveles de intereses. Por lo tanto, supongo que todavía estamos esperando que se satisfagan las exigencias de todas las partes”.

Grupos armados
Advierte de que “incluso si la guerra se detiene ahora, hay tantos grupos que están luchando entre sí que se va a necesitar mucho tiempo para que llegue la reconciliación” y explica que si se alcanzara el acuerdo político que todo el mundo espera, todas estas facciones en lucha podrían deponer las armas y volver a reintegrarse en la sociedad. “Esto ayudaría muchísimo. El Gobierno ha estado promoviendo esta solución en ciertas áreas de Damasco y en el Norte. Tienen en marcha, con la ayuda de los rusos, un gran movimiento de reconciliación. Se están deponiendo las armas y los milicianos están reintegrándose a la vida civil. Esto es muy bueno y muy prometedor.

Los cristianos en Oriente Medio
No tiene pruebas, pero habla de un auténtico plan para “desplazar o aniquilar a todos los cristianos de Oriente Medio” a la vista de cómo se están desarrollando las cosas en la región. Por un lado, explica, se anima a la gente a ir a trabajar a Occidente, a emigrar a Suecia y a Alemania. Por otro… las guerras. Y hace un repaso: en Irak el número cristianos que se han marchado es de 1,3 o 1,4 millones, el ochenta por ciento de los fieles. En Siria ya hemos perdido más del 40% de la población cristiana. En Tierra Santa muchos cristianos se han ido y también ha ocurrido lo mismo en El Líbano, en Egipto… Así que, si nos fijamos en los números y las estadísticas, no hay otra manera de explicar lo que está ocurriendo: los cristianos han sido obligados a marcharse.

“Nunca olvidaré cuando el DAESH (Estado Islámico) era fortísimo en Siria y en Irak. Se alentaba a los cristianos a irse forzosamente. Sarkozy decía a los cristianos que se desplazaran y se fueran al Líbano, a Francia, a Europa… Unos nos empujan a desplazarnos y otros dicen: “Bienvenidos, queremos que vengáis aquí””, lamenta el Patriarca.

¿Un futuro sin cristianos?
Con la impresión de estar “dirigidos y forzados a abandonar la tierra de nuestros antepasados”, el Patriarca señala que la Iglesia hace lo posible por mantener en Siria a sus fieles -“apoyando a las iglesias y tratando de ofrecer todo lo que podamos para satisfacer sus necesidades”- pero lamenta que haya tan pocas organizaciones en Europa que colaboren con esa labor. “La mayor parte de la ayuda ha sido a través del programa de las Naciones Unidas para los refugiados. Está bien y es justo, especialmente en lo relativo a los campamentos, sin embargo los cristianos no viven en los campamentos. Los cristianos van a las iglesias, acuden a los amigos o familiares en busca de ayuda económica. Si les llega, alquilan algo y se quedan. Pero una vez que el dinero se agota, vienen donde nosotros y nos piden que les ayudemos. Así que estamos haciendo todo lo posible”.

Su mensaje para el mundo
La pregunta es sencilla. Qué mensaje quiere transmitir a Occidente, al mundo que le escucha. Su respuesta, todavía más sencilla: “Somos cristianos, sin la fe y la esperanza no podemos vivir”.

No importa lo fuerte que sea la persecución, afirma convencido el Patriarca. “No importan las dificultades que tengamos que soportar. No podemos ceder, renunciar a nuestra fe. Nuestros padres no abandonaron su fe, fueron asesinados a causa de su fe. Las iglesias están ofreciendo a los mártires de la fe. Esa fe y esa esperanza nos mantienen vivos. Seguiremos siendo fuertes en nuestra fe y nuestra esperanza. Estamos tratando de que este mensaje se transmita a todas las generaciones”.

‘¿Qué querríamos de Occidente?’, se pregunta. “Antes que nada, que Occidente tenga paz, porque Occidente no es inmune al terrorismo. El terrorismo no conoce fronteras. Los primeros años les dijimos a nuestros amigos occidentales: ‘Tened cuidado, porque puede que también seáis atacados por el terrorismo. Puede que sufráis’… y así sucedió desafortunadamente en muchos lugares, en España, en Inglaterra, en Bélgica, en Alemania, en Francia… Entonces, les deseamos la paz.

Ahora, les advertimos de que tengan cuidado. Queremos que la gente regrese a sus raíces cristianas, que son la fuente de muchos valores humanos. Valores humanos que todo el mundo proclama, incluso que son proclamados por instancias seculares. Por lo tanto, rezamos para que Europa sea cristiana nuevamente.

La migración de nuestra gente a Europa probablemente sirva para despertar los sentimientos cristianos en los corazones de muchos europeos que se han dejado influir por el secularismo y la anti-religión.

Deseamos paz para todo el mundo y para nosotros mismos. Les pedimos que recen por nosotros, que nos tengan presentes. Recuerden que el Cristianismo comenzó aquí, en Oriente Medio, y que aquí tenemos que continuar. Por último decir que, si no hay cristianos en Próximo Oriente, me temo que no habrá cristianos en el mundo.