.jpg)
Tanto la Pontificia Academia de la Vida como la de las Ciencias han mostrado en los últimos tiempos su disposición a dar voz a personalidades con visiones del mundo – y de cuestiones concretas tales como el aborto o la eutanasia – manifiestamente contrarias a las de la Iglesia católica. Así, la primera de estas instituciones invitó a la presidente de la filial de Planned Parenthood en Suiza, Yvonne Gilli, a participar en un ciclo de conferencias sobre temas relacionados con el ‘fin de la vida’.
La conferencia, titulada en inglés ‘WMA European Region Meeting on End-of-Life Questions’, fue organizada por la Asociación Médica Mundial, por la Asociación Médica Alemana y por la propia Pontificia Academia de la Vida. Celebrada en el ‘Aula Veccia del Sínodo’ (en el Vaticano) los días 16 y 17 de noviembre, también participó en ella el presidente de la Asociación Médica Holandesa, cuya postura respecto al aborto y la eutanasia es inequívocamente favorable.
El propósito de este ciclo de conferencias, tal y como aseveró la Asociación Médica Mundial, era ‘impulsar a los médicos, autoridades legales, expertos en cuidados paliativos, y ética médica, a los académicos de Teología y a los filósofos europeos a debatir diferentes políticas sobre estos temas, explorar los derechos de los pacientes y las limitaciones del tratamiento, y entender mejor a la opinión pública en cuestiones del fin de la vida’.
El mensaje de Su Santidad
En los albores de este ciclo de conferencias, el cardenal Turkson, prefecto del dicasterio que promueve el íntegro desarrollo humano, leyó un mensaje solemne del Papa Francisco. En el texto, Su Santidad reiteraba que la postura de la Iglesia con respecto a la eutanasia se puede resumir en que ésta ‘es siempre dañina, en tanto que acaba con la vida y causa muerte’.
En cualquier caso, también advertía de que a la aplicación de la ley universal debe añadirse el discernimiento moral: Para determinar si una intervención médica clínicamente apropiada sea efectivamente proporcionada, no es suficiente aplicar mecánicamente una regla general. Es necesario un cuidadoso discernimiento, que considere el objeto moral, las circunstancias y las intenciones de los sujetos involucrados. La dimensión personal y relacional de la vida – y de la muerte misma, que sigue siendo un momento extremo de la vida – debe dar, en el cuidado y el acompañamiento del enfermo, un espacio adecuada a la dignidad humana.
Los participantes en las conferencias
Como se ha señalado ya, la inclusión de Yvonne Gilli en este ciclo de conferencias ha despertado notable controversia. No en vano, ella es la presidente de ‘Santé Sexuelle Suisse’, una organización que está incluida en la lista de la Federación Internacional de Planned Parenthood, que asesora a las madres sobre el aborto, y que promueve métodos artificiales – tales como los anticonceptivos – para el control de población.
También participaron en las ponencias el presidente de la Asociación Médica Holandesa, René Hemán (proclive a la eutanasia y al aborto), y Ralf Jox, un profesor de la Ludwig Maximilian University de Múnich que ha propuesto en reiteradas ocasiones la legalización del ‘suicidio asistido responsable’ como modo de ‘proteger la vida’.
