La Nuova Bussola Quotidiana ha entrevistado por teléfono al Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Preguntado sobre si ha cambiado su parecer sobre el acceso a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar y si su postura supone el fin de las dubia planteadas al Papa por cuatro cardenales, el cardenal Müller responde:

«No, no hay cambio y no hay demolición de las dubia. El objetivo de mi discurso es solo afirmar que la única manera de interpretar Amoris laetitia es en continuidad con la Palabra de Dios en la Biblia, el Magisterio anterior, con la Tradición de los grandes Concilios de Florencia, Trento y el Vaticano II».
Y añade:

«Nunca dije que hay excepciones para la comunión a los que se vuelven a casar»
Preguntado más concretamente sobre si sus palabras en el prólogo del libro de Buttiglione son una desautorizadión de las dubia de los cardenales Burke, Brandmuller, Caffara (rip) y Meisner (rip), Müller asegura:

«En absoluto. Las dubia son autoritativas, claramenente legítimas. He dado una respuesta que no está en contra de ninguna persona. Mi texto es claro sobre esto. Una interpretación correcta dice que Amoris Laetitia puede y debe interpretarse ortodoxamente en la unidad de la tradición católica. Desafortunadamente, algunos siempre tienen una opinión de "partido", ya sea a favor o en contra del Papa como si la Iglesia fuera un partido político. La intención de mi intervención no es continuar con la controversia sino superarla y hablar teológicamente sobre estos temas. No se trata de ser correcto a toda costa, sino de honrar a la Verdad revelada. Me gustaría que mis reflexiones salgan de esta visión reductiva: el tema es la Verdad, lo que dijo Jesucristo, no el Papa ni los cardenales. Y en cuanto al Papa, es necesario distinguir lo que está escrito en los documentos magisteriales, en los que es maestro de la fe, de lo que pueden ser opiniones, comentarios e incluso intenciones, ya que los argumentos privados no tienen relevancia para la fe divina y católica. En cualquier caso, el único criterio de juicio es lo que dijo Jesucristo. No hablé de divorciados sino de matrimonios sacramentales legítimos ante Dios o nulos. Y en este caso, ¿cómo ayudar a estas parejas que viven sin estar casadas delante de Dios?»