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Tras un año de Donald Trump: Menos aborto y más libertad religiosa
08 - 11 - 2017 - CULTURA - Política

Se cumple hoy un año de la victoria de Donald Trump sobre la candidata de Planned Parenthood, Hillary Clinton. Desde que Trump gobierna EEUU, la cultura de la muerte ha retrocedido y el globalismo liberticida ha visto amenazadas sus aspiraciones. (Fuente: Infovaticana)

Este miércoles 8 de noviembre se cumple un año de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Después de que el establishment lo hubiese motejado de fascista y de populista, de que los medios de comunicación hubieran puesto especial empeño en calumniarlo y de que prácticamente ningún sondeo hubiera vaticinado su victoria, los norteamericanos depositaron su confianza en ese hombre extravagante que prometía combatir el aborto, la tiranía LGTB y el globalismo.


Tras su investidura como presidente, que tuvo lugar el 20 de enero, Trump fijó en la defensa del derecho a la vida del no nacido uno de los objetivos principales de su mandato; objetivo que ha guiado, en gran medida, sus políticas. No en vano, dos días después de su toma de posesión, el ya presidente recuperó, mediante una orden ejecutiva, ‘la política de la Ciudad de México’, que prohíbe el uso de fondos del Gobierno para financiar a oenegés que practiquen o promuevan abortos en el extranjero.

Estos esperanzadores hechos – al menos para su seguidores y el mundo provida – se vieron reforzados inmediatamente. Y es que el republicano designó a Neil Gorsuch, defensor de la vida y la familia natural, como candidato para sustituir al difunto Antonin Scalia como miembro de la Corte Suprema norteamericana. Tras un arduo proceso de ratificación en el Senado debido al contumaz obstruccionismo demócrata, el magistrado fue nombrado miembro de la más alta instancia judicial estadounidense en los albores de marzo.

Más recientemente, en el mes de octubre, el presidente norteamericano mostró su incondicional apoyo a un proyecto de ley que, impulsado por los republicanos, pretende proscribir el aborto tardío; esto es, la eliminación de fetos de más de veinte semanas (salvo en casos de violación e incesto). Tras haber sido aprobado en la cámara baja, se espera ahora que el Senado ratifique el proyecto de ley.

Contra el globalismo

A nadie se le escapa que el eje de la campaña de Trump fue la lucha contra el globalismo, ese movimiento político que pretende acabar con el Estado-Nación y establecer un gobierno mundial. Si bien no ha cumplido del todo esta promesa electoral – sobre todo en los terrenos económico y migratorio –, lo cierto es que ha dejado atrás la actitud servil de sus predecesores respecto a la Organización de Naciones Unidas.

De esta forma, el presidente norteamericano ha decidido retirar a Estados Unidos de la Unesco, hastiado de su promoción del aborto y de la ideología de género. No en vano, entre las resoluciones más ignominiosas de esta agencia de la ONU se encuentran aquélla que rechaza cualquier ligazón entre Jerusalén y el pueblo judío y aquélla que tilda el aborto de ‘derecho’ y ‘realidad’ que los niños deben conocer.

Sin embargo, la medida del presidente que más ha encolerizado a las elites políticas y mediáticas mundiales es la de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático; acuerdo que tildó de ‘injusto’ y contrario a los intereses nacionales de Estados Unidos. Para mostrar el extendido rechazo a esta decisión, citamos este hiperbólico texto de ‘El País’: ‘Estados Unidos ha dejado de ser un aliado del planeta. Donald Trump dio rienda suelta hoy a sus creencias más radicales y decidió romper con el Acuerdo de París’.

Defensa de la libertad religiosa

Cuando Donald Trump fue investido presidente, la libertad religiosa en Estados Unidos se hallaba en un estado manifiestamente mejorable como consecuencia de las políticas de Obama. Un hecho que ha impelido al republicano a tratar de recuperar el vigor de este concepto, que siempre ha sido pilar del país.

Fruto de este loable afán, promulgó en mayo una orden ejecutiva encaminada a preservar la libertad religiosa en EEUU. Así, la directiva del republicano rebaja los límites que hasta ahora han constreñido la actividad política de las organizaciones religiosas, así como permitirá que éstas rechacen ese apartado del Obamacare que compele – o compelía – a los empleadores a proporcionar a sus trabajadores seguros de salud con cobertura de anticonceptivos.

En una emotiva alocución pronunciada en octubre en el contexto del ‘Values Voters Summit’, el presidente norteamericano, además de reivindicar la vital importancia de la familia, reflexionó sobre la necesidad de proteger la libertad religiosa en Estados Unidos y en todo el orbe: ‘La libertad religiosa es consagrada en la misma Primera Enmienda de la Declaración de Derechos (…) Estados Unidos es una nación nacida bajo mandato divino’.

Desde que Trump gobierna el país más poderoso del mundo, la cultura de la muerte ha retrocedido, el globalismo ha visto amenazadas sus viciadas aspiraciones y la libertad religiosa ha dejado de ser una entelequia para tornarse en una palpable realidad.