La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada publicó en su oficina en Nueva York un informe titulado “¿Perseguidos y Olvidados?”, que trata sobre la persecución a los cristianos en los años 2015 a 2017. El texto revela un panorama preocupante sobre la violación de la libertad religiosa en el mundo que, en lugar de declinar, presenta hoy sus cifras más altas.

La publicación del informe coincidió con la evocación que, en ocasión de la beatificación de los 109 mártires claretianos españoles, efectuó el papa Francisco de “los cristianos que aún en nuestros días -y son muchos- en diversas partes del mundo, sufren discriminaciones y persecuciones”.

“En términos de los números de las personas involucradas, la gravedad de los crímenes cometidos y su impacto, está claro que la persecución a los cristianos es peor hoy que en cualquier momento de la historia”, destacó el informe. “No sólo los cristianos son más perseguidos que ningún otro grupo creyente, sino que en números siempre crecientes está experimentando las peores formas de persecución”.

El estudio analiza los datos de 13 países con situaciones especialmente preocupantes. “En casi todos esos países la situación para los cristianos se ha deteriorado desde 2015 como resultado de la violencia y la opresión”, revela el informe en sus primeras conclusiones. “Esto es especialmente significativo dada la tasa de deterioro en el lapso inmediato del período bajo revisión. La única excepción es Arabia Saudita, donde la situación era tan mala que de ninguna manera podría hacerse peor”.

El informe indica que el éxodo de los cristianos en Irak continúa siendo severo, si bien existen esperanzas del retorno de las comunidades, situación que es compartida con lugares como Alepo, Siria, donde si bien hay señales de recuperación la emigración de los cristianos pone en peligro la continuidad de la presencia cristiana local. Las acciones de los gobiernos y la comunidad internacional fueron insuficientes para evitar el genocidio de cristianos, cuyas poblaciones no podrían resistir ningún ataque más.

En países como la India, el surgimiento de un extremismo hinduista y nacionalista significó un marcado incremento de la persecución, mientras que en China se registró el endurecimiento de las políticas estatales en materia religiosa que significó la demolición de templos y símbolos religiosos en varias regiones del país. Casos de estudio como la reciente toma de Marawi por parte de fuerzas extremistas de inspiración islámica, la profanación de la Catedral y el secuestro de un sacerdote y varios fieles ilustran la actualidad de los urgentes llamados por el respeto a la libertad religiosa de los cristianos en el mundo.

La Fundación Pontificia reclamó una adecuada información a la opinión pública sobre los hechos de persecución y la escala del problema mundial, sobre todo cuando “en muchos casos el genocidio y otros crímenes contra la humanidad ahora significan que la Iglesia en países y regiones enfrenta la posibilidad de una erradicación inminente”. La realidad de la persecución y el sufrimiento de los cristianos no debería ser una consideración secundaria ante un análisis estratégico de tipo político y económico, sino una preocupación primordial de Occidente. “Al dar testimonio del sufrimiento de los cristianos, este informe trae luz sobre la persecución y recuerda a las personas de conciencia que el clamor de los fieles no debe ser olvidado”