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Los comunistas que gustan al Papa. Y viceversa
11 - 10 - 2017 - PAPADOS - Francisco

En los días pasados han sucedido en Roma un par de cosas sorprendentes y, a su manera, reveladoras.La primera es el inicio de la colaboración en "Avvenire", el periódico de la conferencia episcopal italiana, del dibujante satírico Sergio Staino ( un comunista indoblegable), con una tira dominical titulada "Hola, Jesus!". Otra : El  periódico, "Il Manifesto", el único que en Italia se define: "Periódico comunista", salió a la venta en los kioscos con adjunto un libro con los tres discursos del Papa Francisco a los "movimientos populares". (Sandro Magister SC)

En los días pasados han sucedido en Roma un par de cosas sorprendentes y, a su manera, reveladoras.

La primera es el inicio de la colaboración en "Avvenire", el periódico de la conferencia episcopal italiana, del dibujante satírico Sergio Staino, con una tira dominical titulada "Hello, Jesus!".

Aquí la sorpresa está en el hecho que Staino es un comunista indoblegable, que fue "hijo de las flores" y paladín del amor libre y que ha sido, hasta hace unos meses, el último director de "L'Unità", el difunto periódico del partido comunista italiano y, después, de los partidos que le han sucedido. Es también presidente honorario de la UAAR, Unión Ateos y Agnósticos Racionalistas.

El distraído Jesús de sus tiras aún vive en Nazaret con Jesús y María, ayuda a su padre en los trabajos de carpintería, pero ya tiene la cabeza en otra parte, en el momento en que se irá para convertirse por fin -palabras de Staino- en "el primero de los socialistas, el primero en luchar por los pobres".

Entrevistado por el propio "Avvenire" el día de su debut, Staino ha relatado que hace tiempo, cuando Carlo Petrini, el fundador de Slow Food, le refirió al Papa Francisco en una "larga llamada telefónica" que a la madre de Staino, en el lejano 1948, se le había negado la absolución sacramental por haber votado al partido comunista, el Papa soltó riéndose: "Dígale a la madre de ese amigo suyo que esa absolución se la doy yo".

Esto no quita que su llegada a "Avvenire" haya provocado un diluvio de protestas, incluida la del editor del periódico, el secretario general de la conferencia episcopal italiana, el obispo Mons. Nunzio Galantino. El director de "Avvenire", Marco Tarquinio, ha referido a los lectores sus palabras: "No estoy de acuerdo. No comprendo qué valor añadido le proporcionan a nuestro periódico las tiras de Staino".

Y es precisamente esto lo que es revelador sobre este hecho. Porque ahora existe la prueba que el poder de Galantino en la conferencia episcopal y en el periódico propiedad de ésta ya no cuenta; lo mismo sucedió cuando el Papa Francisco lo nombró secretario general y, de hecho, su lugarteniente único, con el efecto que cada una de sus palabras o decisiones pesaba como si procedieran del Papa en persona.

Hoy la conferencia episcopal tiene un nuevo presidente. Es el cardenal Gualtiero Bassetti, mucho más cercano a Francisco y mucho más hábil en comprender y secundar sus deseos.

Es cada vez más evidente que Galantino ha perdido el favor del Papa y el caso Staino lo confirma claramente.

No solo. De hecho, el director de "Avvenire" ha decidido él solo, sin haber "pedido autorización previa al editor", reivindicar en las páginas de "Avvenire" lo justo de su decisión y, a la vez, hacer público el irrelevante parecer contrario de monseñor Galantino.

Al que ha dicho una especie de adiós precisamente en el momento en que daba la bienvenida a Staino, a su vez "absuelto" por el Papa Francisco.

*

El segundo episodio ha tenido como protagonista a otro periódico, "Il Manifesto", el único que en Italia se define: "Periódico comunista".

El jueves 5 de octubre – ¡qué casualidad! precisamente en el centenario de la "Revolución de octubre" – "Il Manifesto" salió a la venta en los kioscos con adjunto un libro con los tres discursos del Papa Francisco a los "movimientos populares", que él había convocado por primera vez en Roma en 2014, después en Bolivia en 2015 y la última de nuevo en Roma en 2016.

Entrevistada por "Avvenire", la directora de "Il Manifesto", Norma Rangeri, ha explica así la elección:

"Sentimos como nuestros estos mensajes del Papa y queremos llevar a nuestros lectores la radicalidad y la sencillez de sus palabras. […] En ellos hay una idea nueva de política; de hecho, el Papa cita también a Esther Ballestrino de Careaga por su concepción de la política. Es una comunista de origen paraguayo". (Y que además fue profesora de química del joven Jorge Mario Bergoglio, que recibió la visita de sus dos hijas durante su viaje a Paraguay en julio de 2015).

De los discursos de Francisco a los movimientos populares y de su visión política, los lectores de Settimo Cielo han sido ya ampliamente informados:

> Bergoglio político. El mito del pueblo elegido

Pero tras su publicación por parte de "Il Manifesto" podemos obtener más información. De hecho, en el libro, además de los discursos, hay una entrevista y un epílogo que enriquecen el cuadro: la primera con el argentino Juan Grabois y el segundo, escrito por el estudioso italiano Alessandro Santagata.

Grabois, de 34 años, hijo de un histórico dirigente peronista, actualmente dirige la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y, desde 2005, está muy cercano a Bergoglio; es decir, desde que el entonces arzobispo de Buenos Aires era el presidente de la conferencia episcopal argentina. Cuando fue elegido Papa, Francisco lo nombró consultor del pontificio consejo justicia y paz, hoy absorbido en el nuevo dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral. Y es él, Grabois, el más activo moviendo los hilos de las convocaciones del Papa con los "movimientos populares".

La idea empezó a tomar cuerpo poco después de la elección de Francisco. Tras la misa inaugural del nuevo pontificado -en la que estaba presente en primera fila, junto a los jefes de estado, también el argentino Sergio Sánchez, jefe del Movimiento de Trabajadores Excluidos-, Grabois cuenta que le contactó el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la pontificia academia de las ciencias, también éste argentino y muy impaciente por entrar en el círculo de los favoritos del nuevo Papa.

Sorondo le pidió a Grabois que le ayudara a organizar en el Vaticano un seminario titulado "Emergencia excluidos" que, efectivamente, tuvo lugar en diciembre de 2013 y en el que también tomó parte Joao Pedro Stédile, líder en Brasil del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra.

Este seminario fue la antesala de la sucesiva primera convocación en Roma, junto al Papa Francisco, de los "movimientos populares", una red de un centenar de siglas de todo el mundo, pero sobre todo latinoamericanas y, en general, las mismas de las memorables reuniones anticapitalistas y anti-globalización de Seattle y de Porto Alegre.

Para organizar tanto éste como los otros encuentros sucesivos, se creó un comité formado por Grabois, Stédile y otros dos activistas: Jockin Arputham de la National Slum Dwellers Federation y Charo Castelló del Mouvement Mondial des Travailleurs Chrétiens. Más el jesuita Michael Czerny, hoy subsecretario del departamento migrantes y refugiados del dicasterio para el desarrollo humano integral, departamento del que el Papa Francisco se ha reservado personalmente la dirección. Según Grabois, el papel del padre Czerny ha sido hasta aquí "de vital importancia para la reunión con las distintas organizaciones populares".

En el libro editado por "Il Manifesto", tanto Grabois como Santagata observan que buena parte de los "movimientos populares" en los que confía el Papa son críticos respecto a la institución Iglesia y están en contraste con los dogmas católicos acerca de cuestiones como el aborto o los derechos de los homosexuales. Pero "dichas contradicciones no condicionan demasiado los trabajos de los encuentros, porque estos se centran en temas concretos como la lucha por la tierra, la casa y el trabajo".

Se había previsto una cuarta convocatoria de los "movimientos populares" en Caracas para octubre de este año. Pero ha sido suspendida en vista del desastre en el que ha precipitado Venezuela.

En compensación, han empezado a realizarse encuentros a escala regional. El primero se ha llevado a cabo en Modesto, California, del 16 al 19 de febrero de 2017 para los movimientos de los Estados Unidos. Otro ha tenido lugar del 20 al 21 de junio en Cochabamba, Bolivia, para los movimientos de América latina.

El Papa se conectó por videoconferencia con el encuentro de Modesto, leyendo un discurso perfectamente en línea con los anteriores.

No lo hizo, en cambio, con los movimientos reunidos en Cochabamba. A propósito de estas reuniones a escala regional, Santagata escribe:

"Como me ha referido [Vittorio] Agnoletto, en el último encuentro que ha tenido lugar en el Vaticano se han levantado críticas respecto a la propuesta de estructuración por redes que, a su juicio, corre el riesgo de dar vida a una serie de 'cajas vacías' en competición con la organización del World Social Forum".

Agnoletto, elegido en 2004 por cinco años al parlamento europeo en las listas de Rifondazione Comunista, ha sido durante mucho tiempo el representante italiano en el consejo internacional del World Social Forum nacido en Porto Alegre, y ha participado en distintos encuentros en el Vaticano sobre estos temas.

Entre el World Social Forum y los "movimientos populares" amados por el Papa Francisco hay cada vez más fricción. Según Grabois, el primero "ha traicionado su esencia para transformarse en una serie de rituales o de actividades turísticas para los militantes".

Mientras que los segundos, los movimientos bendecidos por el Papa, son hoy los únicos capaces de "promover la organización comunitaria de los excluidos, con el fin de construir desde abajo la alternativa humana a una globalización marginadora". Incluso a costa de salirse de los "límites estrechos de la democracia oficial" y adoptar "prácticas que podrían ser consideradas criminales por los Estados".