Y si Jacob Rees Mogg, 48 años, llegara a ser ‘premier’ de Su Majestad seria el primer jefe de Gobierno católico en el Reino Unido desde hace casi cinco siglos –desde que la cabeza de Tomás Moro, Lord Canciller con Enrique VIII, cayó bajo el hacha del verdugo-.
Ver a un católico conservador, defensor de la vida y la familia, en la cuna del anglicanismo donde los “papistas” han sido ciudadanos de segunda tendría un impacto mediático similar al de John F. Kennedy, católico de Massachussetts de origen irlandés, llegando a la Casa Blanca en 1961.
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No lo tiene fácil Rees Mogg. Porque primero ha de vencer a sus otros tres rivales para auparse al podio de los tories y suceder a Theresa May. Y porque sus ideas se dan de tortas con la cultura dominante. Pero, a veces, la coherencia, la franqueza y la valentía arrastran votos.
Es lo que le ocurrió al escritor católico Hilaire Belloc (amigo de Chesterton). En 1906, se presentó para diputado del Partido Liberal y lo primero que hizo en su discurso inaugural fue enseñar un rosario y manifestar que lo rezaba. Fue elegido y se sentó en el Parlamento.
¿Pero quién es Rees Moog? ¿este atildado caballero que parece haberse escapado de un club victoriano, de ideas tan revolucionarias bajo modales tan exquisitos?
Es hijo de una leyenda del periodismo, Lord William Rees-Mogg (1928-2012), que dirigió The Times entre 1967 y 1981, fue directivo de la BBC, y uno de los líderes de opinión más influyentes de finales del siglo XX.
Es católico, padre de seis hijos, contrario al aborto y al matrimonio entre parejas del mismo sexo y partidario del Brexit como “una maravillosa liberación”.
“Hay algo en común entre el Brexit y la elección de Donald Trump, y es el triunfo del optimismo” llegó a decir
Sobre este punto tan controvertido, Rees Mogg ha soltado dos perlas políticamente incorrectas:
Una, “hay algo en común entre el Brexit y la elección de Donald Trump, y es el triunfo del optimismo.
Y dos, refiriéndose a la eurocracia de la Unión Europea: “Cuando una organización te obliga a arrodillarte cuando te vas, a eso se le llama mafia”.
Así es Jacob Rees-Mogg, educado en Eaton y Oxford, considerado la figura principal de la conferencia del Partido Conservador en Manchester,
Vaya donde vaya consigue el cartel de “no hay entradas”. Le llaman “el diputado del Siglo XVII”.
Y, es que no le avergüenza defender a la la Iglesia y al papado, toda una rareza en la anglicana Gran Bretaña. Incluso no le molesta el término “papista” sino que incluso lo reivindica.
Padre de seis hijos
A sus 48 años fue padre por sexta vez el pasado mes de julio. De hecho, ha querido honrar a los santos poniendo sus nombres a sus hijos. Cada uno de ellos lleva en su documentación el nombre de varios santos o figuras de la Iglesia. No faltan entre ellos los Papas ni tampoco santos fundadores o británicos.
Así el primogénito de la familia, se llama Peter Theodore Alphege, en honor al apóstol Pedro, san Teodoro de Tiro y san Alphege o su segunda hija que es Mary Anne Charlotte Emma en honor a la Virgen y su madre así como a santa Emma de Sajonia.
El miembro del Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg
El miembro del Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg
Después llegó Thomas Wenthworth Somerset Dunston y tras él Anselm Charles Fitzwilliam, por san Anselmo de Canterbury, doctor de la Iglesia.
El quinto fue Alfred Wulfric Leyson Pius y fueron puestos en honor a san Alfredo el Grande (rey), al también británico San Wulfric de Haselbury y Pius, por el Papa Pio IX.
Mientras que su sexto vástago que tanto ha llamado la atención es Sixto en honor a varios Pontífices.
Además, Rees-Mogg no ha tenido el menor complejo en votar en contra de su partido en aquellos asuntos en los que su fe y sus principios eran cuestionados.
De hecho, en 2014 y ante la votación del matrimonio homosexual aseguraba que “no estoy bajo ninguna presión. Soy un católico romano” y detalló que ya había explicado a sus electores que en este tipo de asuntos seguiría siempre las enseñanzas de la Iglesia.
Se opone al matrimonio homosexual porque entra en conflicto con la idea de que el matrimonio es un sacramento
Anteriormente ya había dicho que se oponía porque entraba en conflicto con las enseñanzas católicas al considerar que el matrimonio es un “sacramento”. Finalmente, votó en contra de esta ley que planteó su propio partido.
Jacob, con sus cuatro hijos mayores / Religión en Libertad
Jacob, con sus cuatro hijos mayores / Religión en Libertad
Entre sus frases más repetidas siempre se encuentra: “No soy un modernizador”, destacando que “la estrategia de modernización ha dejado en un segundo plano los problemas que preocupan realmente a las personas”.
En contra del aborto y la eutanasia
Rees-Mogg también ha mantenido sus valores en los intentos de legalizar el suicidio asistido en Reino Unido, a lo que finalmente la Cámara votó en contra.
“Es muy fácil usar casos muy preocupantes para permitir circunstancias excepcionales que se convierten con bastante rapidez en norma. Y entonces a la gente se le presiona para poner fin a su vida porque son una carga para sus familiares y así sucesivamente”, aseguraba este diputado cuando la ley se estaba debatiendo.
Con esta frase, denunció que podría ocurrir lo mismo que con el aborto, que “pasó de ser algo relacionado con la salud de la madre a ser una variedad más de anticoncepción”.
Una de sus rivales, Ruth Davidson ha confesado publicamente que es lesbiana
Lo que tiene delante Jacob Rees Mogg es un enemigo formidable. La cultura dominante, que es relativista… y luego los otros tres rivales para suceder a Theresa May.
Y no sólo el exalcalde de Londres, Boris Johnson, la llamada “ambición rubia”, sino dos mujeres: Amber Rudd y Ruth Davidson.
Esta última tiene vitola de feminista LGTB. En 2015 confesó que llevaba toda su vida “luchando por su sexualidad”, y un año después anunció su compromiso con la irlandesa Jen Wilson.
Todo ello convierte la brega por suceder a Theresa May en una emocionante carrera en la que puede pasar de todo. Y en una esperanza de que un político consecuente, antisistema y con fuertes convicciones pueda llegar algún a día a Downing Street.
