CRISTO HOY
CRISTO HOY

   Sitios Recomendados
        El Vaticano
        Aica
        Rome Reports
        Noticias Vaticanas
  
Ola indigenista anti-Colón en EUA: Roca Barea denuncia hipocresía gringa
20 - 09 - 2017 - DESAFIOS - Otros

Mitch O'Farrell, activista del lobby LGTBI y concejal en Los Ángeles, ha conseguido que la ciudad deje de celebrar el tradicional Columbus Day [Día de Colón], que en Estados Unidos se conmemora el segundo lunes de octubre. En su lugar, la megaurbe celebrará el Día de los Pueblos Indígenas.. El  12 de octubre pasaría a ser el Día de la Herencia Italoamericana...María Elvira Roca Barea,en un artículo de El Mundo dice quién es quién y enrostra a los americanos del norte el trato que ellos dieron a los indios.Nunca tuvieron una obra como la del recientemente "decapitado" Fray Junípero Sierra (1713-1784) (RenL)

Esta decisión coincide con una nueva agresión a una estatua de San Junípero Serra (1713-1784), en este caso en la Misión Santa Bárbara, en California, donde fue decapitada y bañada en pintura roja.

 

Junto con Cristóbal Colón, el franciscano mallorquín que evangelizó California y fundó varias de sus ciudades está siendo objetivo prioritario de las campañas indigenistas. Se ha creado una auténtica leyenda negra contra el santo, fruto tanto de la mala fe como de malas traducciones y descontextualización sobre el funcionamiento de las misiones.


La estatua de San Junípero en el Presidio de Monterrey también fue decapitada, en octubre de 2015. Foto: David Schmatz. Monterey County Weekly.

Llamativamente, esas campañas se dirigen contra representantes de la conquista española y la evangelización católica, a pesar de que el trato inhumano que recibieron los indios nativos en Estados Unidos fue de manos "wasp" (white, anglosaxon, protestant: blanco, anglosajón, protestante).

Es la hipocresía que denuncia este martes María Elvira Roca Barea, la autora del bestseller Imperiofobia y Leyenda Negra, en un artículo en El Mundo.

 

Roca Barea compara estas agresiones a la historia y a la memoria monumental de Cristóbal Colón y San Junípero Serra con el respeto reverencial a la mansión de Thomas Jefferson (1801-1809), tercer presidente de Estados Unidos, en su plantación de Monticello (Virginia), cultivada por esclavos.

 

"Lo que puede leerse en cualquier sitio es que el edificio fue 'diseñado' por Thomas Jefferson y esta es una de las razones que justifican que fuese declarado Patrimonio de la Humanidad. Debe haber en Europa mil casonas como esa, pero no han merecido tan alto honor. Debía vivirse bien en Monticello. Las estancias son agradables, el paisaje, solemne, y la plantación muy hermosa. Especialmente si para mantener todo eso no tienes que hacerte callos en las manos. Y efectivamente nadie los tenía en aquella casa, porque para eso estaban los más de 600 esclavos que Thomas Jefferson poseyó toda su vida", recuerda la historiadora.

Todos respetan el lugar porque "la potencia de estos símbolos es la del grupo que los creó, que vive en ellos y se expresa a través de ellos. Esa es la vida que los símbolos tienen, mil veces más potente que el lenguaje, la del grupo al que representan, que la insufla en su interior. Jamás sufrirán una agresión, como nunca nadie tocó en los buenos tiempos de Roma, los altares de la Triada Capitolina que había por todos los territorios del imperio".

Indigenismo de salón
"Esta es la mitad de la explicación, ex contrario, de por qué el concejal Mitch O'Farrell ha pedido y conseguido que el Columbus Day deje de ser fiesta en Los Ángeles y también explica la decapitación y los destrozos que han sufrido estatuas de Cristóbal Colón y de Fray Junípero Serra en varios lugares de Estados Unidos. La moda ahora en la heroica lucha a toro pasado contra la discriminación es el indigenismo", afirma: "Y este indigenismo de salón, que hace furor en los departamentos universitarios, va a buscar enemigos destructores de los pueblos nativos a los que agraviar en donde sabe que puede hacerlo sin peligro: entre los blancos católicos, pero jamás entre los blancos protestantes. Porque hace tiempo ya que todos los símbolos del mundo hispanocatólico o latinocatólico son res nullius. Se puede entrar en ellos como en una finca sin amo para buscar el aval de respetabilidad que se necesite en cada momento".

Roca Barea evoca, sin embargo, la matanza de Wounden Knee, en 1890, de mujeres y niños lakotas indefensos a manos de soldados del Séptimo de Caballería que fueron luego condecorados. O la del general Custer en 1868 en Washita, sobre población cheyenne. O la de Río Colorado en 1832 a las órdenes de general Henry Atkinson, o la de Río Sacramento en 1846 o la de Río Pit en California en 1859 sobre los indios achomawil... "Vamos también a saltar por encima de detalles molestos que no quedan bien en Hollywood", ironiza, "como que el famoso Gerónimo, hijo de Hermenegildo Monteso y Catalina Chagori, era un indio hispano y católico. Su historia tiene mucho interés pero no está en las películas. Total, que si Vd. quiere ser un indigenista de pro, lo que tiene que hacer es irse a apedrear la estatua de Colón o del pobre Fray Junípero, que nunca tuvo esclavos ni mató a nadie".

 


Carlos Martínez Shaw, catedrático de Historia y académico de la Real Academia de la Historia, explicó en mayo de 2014, en una conferencia organizada por la Fundación Mutua Madrileña, la extraordinaria importancia de la labor de San Junípero Serra en las misiones de California.


Se trata, resume, de "limpiar la propia reputación acusando a otro. Es un sistema tan simple y tan tonto que da vergüenza explicarlo. Pero es clave para entender el triunfo de ese grupo humano que denominamos wasp (white anglo saxon protestant): "En Estados Unidos la limpieza de la sangre derramada y la desaparición de las poblaciones nativas se taparon acusando a los españoles de ser los exterminadores de los indios".

Pero aún peor es "el estado de indiferencia general de la comunidad hispana ante la supresión del 'Columbus Day'. Y ese es realmente el problema, el autoodio, la vergüenza de lo propio que ha debilitado hasta la disolución política a los hispanos de un lado y otro del Atlántico. O por decirlo de un modo comprensible para todos, a los hispanos y a los españoles".

Se esconde así la realidad: "Para tapar la explosión de fanatismo y violencia que la irrupción del protestantismo trajo consigo, el decorado de Europa se adornó de horrores inquisitoriales. Y ya no importa en realidad qué es lo que realmente ocurrió ni quién, en medio de la intolerancia generalizada, demostró más comprensión y más humanidad".