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Así se vistió la Primera Dama de Colombia para la visita del Papa
11 - 09 - 2017 - CULTURA - Costumbres

Si las mujeres normalmente nos preocupamos por lo que nos vamos a poner para una fiesta o presentación de trabajo importante, imagínense lo que debe significar escoger los atuendos para recibir y compartir tiempo con el Papa.(Adriana Bello-Aleteia)

Para la llegada del Sumo Pontífice al territorio colombiano, la Sra. María Clemencia de Santos optó por un moderno vestido largo tipo camisero gris con pequeñas rayas blancas de la diseñadora colombiana Johanna Ortiz.



Las críticas no tardaron en llegar porque, aunque utilizó un vestido de una diseñadora local, muchos sintieron que no reflejaba la cultura del país, sino mas bien parecía un kimono japonés.

Para el evento en la Casa de Nariño, la Primera Dama de Colombia utilizó un conjunto blanco de falda tipo lápiz y chaqueta de cuello alto y mangas acampanadas de la afamada diseñadora Silvia Tcherassi (también colombiana aunque con muchísima proyección internacional). La escogencia del color, enseguida, generó todo tipo de comentarios.



Según el antiguo protocolo del privilège du blanc, sólo algunas reinas, consortes de monarcas y princesas católicas tienen derecho a vestir de blanco en las audiencias con su Santidad (que actualmente son sólo siete: la reina emérita Sofía de España, la reina Paola de Bélgica, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, la princesa Charlene de Mónaco, la reina Matilde de Bélgica y la reina Letizia de España); mientras que las Primeras Damas y otras mujeres con cargos políticos y/o diplomáticos deben lucir vestimenta negra en señal de respeto.

Sin embargo, desde hace varios años la Iglesia ha sido más flexible con esta especie de “norma” de vestimenta (nunca tuvo carácter de código), aclarando que es algo opcional; asimismo, el Papa Francisco ha reiterado que él no lo considera estrictamente necesario. Además, en este caso, no se trata de una audiencia en el Vaticano, que es donde se podría tomar en consideración el privilegio del blanco (como lo hicieron Melania e Ivanka Trump), sino de una visita de Estado del Papa.

El tercer atuendo también fue de un color claro, como una especie de blanco-hueso, que constaba de un pantalón y una chaqueta de manga corta con un lazo amarrado a su cintura. En cuanto al diseño, era más que apropiado para el Ángelus en la Iglesia San Pedro Claver de Cartagena, pero de nuevo, el color causó polémica.



Para despedir al Papa Francisco en el aeropuerto, la Primera Dama colombiana escogió un moderno traje en tono crudo (que de nuevo hacía énfasis en su cintura y era de tono claro) y unos deslumbrantes aretes dorados en forma de alas de ángeles.

¿Mi opinión de todos los looks? Primero hay que aclarar que si bien la vestimenta no es lo más relevante en un país que atraviesa por un polémico proceso de paz, sí importa. La vestimenta también transmite un mensaje y más en estos casos políticos. Creo que por eso la Sra. María Clemencia de Santos optó tanto por los tonos claros durante la visita del Papa, puesto que universalmente el blanco es sinónimo de paz y ése era el mensaje que quería reafirmar.

Sin embargo, si bien no tenía por qué cumplir el privilège du blanc, ni porque es ley ni porque no estaba en una audiencia en el Vaticano, yo sí le hubiera aconsejado que lo hiciera considerando que Colombia es un país católico tradicional y porque el mensaje de paz fue más que reiterativo de otras maneras.

Existen muchos tonos pasteles con los que esos mismos trajes le hubieran quedado igual de espectaculares (¿se imaginan el de Silvia Tcherassi, mi gran favorito, en palo rosa?) y con los que también la gente hubiera hecho la asociación del mensaje de paz (como un azul agua). Recuerdo que cuando el Papa Francisco fue a los Estados Unidos, Michelle Obama lo recibió en un vestido azul claro (que no era ni mi diseño ni mi tono favorito, pero me pareció genial la idea de optar por un color similar al manto de la Virgen).

Sí le aplaudo a la Primera Dama de Colombia su elegancia, la buena escogencia de los cortes (nada ajustado pero muy femenina enmarcando su cintura), su esmero, su sobriedad, su coherencia con su edad y que haya optado por el diseño local que, aunque no era el más autóctono, reafirmó que Colombia es, actualmente, uno de los mejores representantes de la moda latinoamericana.