En un intento por dividir a la Iglesia, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, criticó duramente al Vaticano y en particular a su secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, por el pronunciamiento en el que le pedía suspender la asamblea constituye, pero elogió la figura del Papa Francisco.

"En lugar de favorecer la reconciliación y la paz fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro", dijo Maduro sobre la declaración de la Santa Sede, en declaraciones a la emisora argentina Radio Rebelde.

Y agregó: “Lamentablemente monseñor Parolin ha caído en las manos de los sectores más extremistas de la cúpula de la Iglesia Católica en Venezuela, de los sectores aliados al poder de quienes destruyeron a nuestro país".

“Hay que entender que una cosa somos los católicos, el pueblo de Cristo, otra cosa es la trayectoria del papa Francisco como defensor de los pueblos con su humildad, y otra cosa muy distinta es la estructura de la Secretaría de Estado del Vaticano, de la burocracia", dijo.

También acusó ayer al presidente Mauricio Macri de ser "la punta de lanza" de las sanciones internacionales contra su país, tras ser Venezuela suspendida del Mercosur.

En ese sentido advirtió que "a Venezuela no la van a sacar del Mercosur. Jamás. Somos Mercosur de alma, corazón y vida. Algunas oligarquías golpistas como la de Brasil o unas miserables como las que gobiernan Argentina podrán intentarlo mil veces, pero siempre estaremos”.

"No solamente destruye al pueblo argentino, agrede a la clase obrera, a los pensionados, a las Madres de Plaza de Mayo, encarcela a una mujer humilde de origen indígena como Milagro Sala, sino que va adelante en la agresión contra el pueblo de Venezuela", dijo.

Según Maduro, Venezuela sufre "uno de los ataques, de los asedios más feroces que en 18 años de revolución hayamos conocido".

"Estamos empezando a transitar una nueva cuesta, una nueva cuesta en paz. Vamos a reconquistar la paz, que es el bien más preciado que tenemos nosotros", afirmó.