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Uruguay-marihuana: plan piloto para América Latina
17 - 12 - 2013 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Otros

Uruguay ha sido el detonador de una política de participación directa del Estado en el mercado de la droga. La legalización del uso, la siembra, la distribución y la venta de la marihuana que aprobó el legislativo la semana pasada, ha hecho reacción en toda América Latina. Un millonario financió la campaña .

Un fantasma recorre los pasillos del poder y las discusiones de alto nivel en América Latina: la legalización del consumo de la marihuana como forma de “control” del mercado y como medida para que desaparezca la violencia que viene asociada con el trasiego de la droga y el control de las plazas y de las rutas internacionales.

Control adecuado; uso medicinal

Uruguay ha sido el detonador de una política de participación directa del Estado en el mercado de la droga. La legalización del uso, la siembra, la distribución y la venta de la marihuana que aprobó el legislativo uruguayo la semana pasada, ha hecho reacción en toda América Latina, una región larvada por la violencia fruto del tráfico de estupefacientes, donde los cárteles de Colombia y México, tanto como las mafias locales, han sentado sus reales y han sometido a poblaciones enteras al poderío del terror y del dinero.

Por lo pronto, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, dijo, tras finalizar la reunión ordinaria del Sistema de Integración Centroamericano (SICA): "Creo que el paso que dio Uruguay (la aprobación, por el senado, de la participación del Estado uruguayo en la venta y la producción de marihuana así como la legalización de su consumo) es importante, una experiencia que podría tomarse como un plan piloto para toda Latinoamérica".

Uruguay pasó a ser, a partir de la semana pasada, el primer país del mundo en tener un mercado legal y reglamentado de marihuana, desde el cultivo hasta la adquisición por parte del consumidor, en una red de farmacias.

Pérez Molina, junto con otros mandatarios y ex mandatarios de América Latina –entre ellos el ex presidente de México Vicente Fox Quesada—es parte de un grupo político que busca alternativas para contrarrestar la guerra de los cárteles, en especial la desatada por el cártel de Sinaloa (México) en Guatemala. Esta ofensiva política no descarta, antes bien alienta, la despenalización del consumo de marihuana.

"Estamos haciendo una propuesta en algunos lugares donde se está sembrando amapola --de la que se extrae el opio--", dijo Pérez Molina a la prensa tras el SICA, y subrayó que, al menos en su país se contempla "la posibilidad de que esta pueda tener un control adecuado y de que tenga un uso medicinal".

Los efectos colaterales en la industria farmacéutica

Pérez Molina se reunió con el presidente Mujica de Uruguay hace algunos meses en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, donde el gobernante uruguayo se comprometió a transmitir "las experiencias en su país".

La propuesta guatemalteca de despenalización de las drogas "ha seguido avanzando afortunadamente”, dijo Pérez Molina a la prensa panameña. Y agregó: "Lo que estamos haciendo es llevar esta discusión a otros foros, a otros niveles".

Pérez Molina irá al Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, el próximo mes de enero para tratar el asunto de la despenalización y la participación del Estado con los invitados a este importante cónclave de la política y la economía mundial.

Sin embargo, no todo es del color que lo pinta el senado uruguayo ni el presidente Mújica. Desde Uruguay se informa que una apreciable cantidad de farmacéuticos se ha negado a vender marihuana por miedo a posibles problemas de seguridad o a perder la confianza de su clientela tras la aprobación de la Ley sobre Control y Regulación de la Marihuana.

La mayoría de farmacias de Montevideo y los alrededores creen que puede haber problemas de seguridad si venden marihuana en sus locales, además de que temen perder la confianza de algunos clientes o que renuncien las empresas químicas farmacéuticas con las que trabajan, según unas entrevistas realizadas por el diario uruguayo El País.

Una dueña de farmacias en Montevideo dijo a El País uruguayo que "ya son bastantes los problemas que hay en la zona como para agregar uno más". Como ella, muchos farmacéuticos uruguayos sostienen que una vez que cada consumidor agote el máximo de 40 gramos al mes que le permite la ley, querrá adquirir más cantidad. Y que es ahí donde comenzarán los problemas con los propios dueños de farmacias, algo que el gobierno de Mújica ni siquiera alcanzó a vislumbrar.

Lo mismo que otra farmacéutica que declaró: "Esto es preocupante. Van a venir algunos a comprar, pero mañana, si no tienen dinero y saben que tú tienes la droga disponible, estás expuesto, no sólo a que te roben, sino a que te agredan".(Jaime Septien-Aleteia) 

Millonario que financió la campaña para aprobar la legalización de la marihuana

Hay varios puntos que separan a quienes están a favor y en contra de legalizar la marihuana en Uruguay, pero existe uno en el que todos parecen coincidir: el magnate George Soros y su Open Society Foundations se han vuelto actores clave en el tema.

El nombre del húngaro-estadounidense de 83 años resonó en el debate sobre el cannabis en Uruguay, tras conocerse que Open Society financió una campaña a favor de la ley que la semana pasada convirtió a ese país en el primero en legalizar el comercio de la droga.

Soros, un controvertido inversor, especulador y filántropo que en 1992 contribuyó a provocar una devaluación de la libra esterlina y en 1997 desató la crisis de los países del sudeste asiático también especulando contra sus monedas, también se reunió en septiembre con el presidente uruguayo, José Mujica, para discutir su iniciativa respecto a la marihuana.

"Como él tiene influencia en algunas ONG importantes, estuvo colaborando y va a seguir colaborando en eso", declaró Mujica al finalizar ese encuentro en Nueva York.

Fundada y presidida por Soros, Open Society financia también grupos que impulsan cambios en la estrategia sobre cannabis en la región y Estados Unidos, incluida la Comisión Global sobre Política de Drogas que integran los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia), entre otras personalidades.

"Open Society ha sido un actor muy clave dando apoyo a grupos de la sociedad civil que buscan promover una apertura" en la política de drogas, le dijo a la BBC John Walsh, un experto de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), que también recibe donaciones de la fundación de Soros.

Juego de intereses

Pero, ¿por qué un octogenario considerado entre los hombres más ricos del mundo tiene tanto interés en la política regional de drogas?

La DEA ha criticado duramente la legalización de la marihuana en Uruguay.

Soros salvó su vida en la ocupación nazi de Hungría gracias a su padre y dejó el país tras sobrevivir a la batalla de Budapest entre tropas alemanas y soviéticas.

Luego de instalarse en EE.UU. y amasar fortunas con sus fondos de inversión, comenzó a financiar proyectos de apertura en países de la antigua Unión Soviética y en otras partes del mundo. Sus donaciones han sumado miles de millones de dólares.

Pedro Abramovay, exsecretario de Justicia de Brasil que este año pasó a dirigir los trabajos de Open Society en América Latina, indicó que además de la política de drogas su equipo trabaja en temas como derechos humanos, transparencia y migración.

"El punto es que con las drogas tal vez seamos uno de los únicos", dijo Abramovay, marcando una diferencia con las otras áreas de acción que involucran a muchas más organizaciones.

Indicó que la preocupación por la política sobre narcóticos deriva del interés en promover los derechos humanos. "No podemos hablar de derechos humanos sin cuestionar la guerra a las drogas", aseguró.

Y negó que la estrategia de Open Society en la región pueda tener algún vínculo con los negocios de Soros en el área agrícola o de cualquier otro tipo.

"Soy director y responsable para la estrategia de Open Society en América Latina y no sé absolutamente nada de los negocios de Soros", afirmó Abramovay. "Nunca he recibido ningún tipo de presión ni dirección que venga de la parte de los negocios".

Open Society invierte unos US$34 millones en América Latina y 10% de ese total se destina a la temática de las drogas, financiando organizaciones en la región que impulsan cambios de política y tejiendo contactos entre ellas, informó su director regional.

En EE.UU., uno de los grupos que recibe ayuda de la fundación de Soros es la Drug Policy Alliance, que impulsó la legalización de la marihuana en Colorado y Washington y envió una experta a Uruguay durante el trámite de la ley.

"No sabemos cuál es el mejor tratamiento, tenemos que experimentar y Uruguay es uno de los países experimentando"

La campaña publicitaria a favor de la legalización de la marihuana en Uruguay se realizó a través de Regulación Responsable, una coalición que reúne diferentes organizaciones e individuos.

El costo de esa campaña fue de unos US$100.000, un monto significativo para el mercado uruguayo, de los cuales cerca de US$60.000 provinieron de Open Society, según informaron medios locales.

"No sabemos cuál es el mejor tratamiento, tenemos que experimentar y Uruguay es uno de los países en los que estamos experimentando", declaró Soros tras su reunión con Mujica. "Queremos reducir el daño causado por las drogas y la guerra a las drogas".

Uruguayos en contra

Mujica refutó las críticas de la agencia antinarcóticos de la ONU a la nueva ley uruguaya.

De hecho, Open Society se apresta a pasar a una nueva etapa en Uruguay, apoyando un sistema de evaluaciones independientes sobre el impacto de la ley, indicó Abramovay. Y sostuvo que en Uruguay "están muy contentos" con esa ayuda.

Sin embargo, no todos los uruguayos parecen de acuerdo.

Pedro Bordaberry, senador del opositor Partido Colorado, criticó que en este tema Mujica haya buscado apoyo de Soros y David Rockefeller, otro magnate estadounidense con quien se reunió en Nueva York.

"Antes marchaban con el Che Guevara por la tierra y ahora marchan con Soros y Rockefeller por la marihuana", dijo Bordaberry. "No queremos ni a Soros ni a Rockefeller ni ser experimento", agregó.

El senador citó reportes periodísticos uruguayos que sugirieron que el interés de Soros podría estar vinculado a negocios de Monsanto, multinacional especializada en siembra y venta de semillas genéticamente modificadas, aunque dijo carecer de pruebas al respecto.

Ante esas versiones, Monsanto emitió un comunicado en septiembre negando que tuviera "vinculación con el desarrollo o comercialización de marihuana" o que estuviera trabajando "para patentar una semilla de marihuana transgénica en Uruguay ni en ningún otro lugar del mundo".

Abramovay negó por su parte que Soros sea accionista de Monsanto, advirtiendo que en este tema "se abre un espacio grande para teorías de la conspiración".

Walsh, el especialista de WOLA, sostuvo empero que por razones políticas "esa pregunta sobre los intereses de Soros va a mantenerse como en el aire, a pesar de las negaciones".

"(Soros) es un tipo con una riqueza que no se puede imaginar", afirmó. Y aseguró que a su edad "no necesita" tramar eventuales negocios con la marihuana.