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Arzobispo de Múnich en defensa de los derechos LGTB
26 - 07 - 2017 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Unión Gay

En una entrevista concedida al periódico ‘Augsberger Algmeine’, el cardenal Marx ha defendido que la legalización del matrimonio homosexual no constituye un ataque contra la Iglesia. Bergoglio calificó el matrimonio homosexual de “movida del demonio”. (Fuente: Infovaticana)

En una entrevista concedida al periódico ‘Augsberger Algmeine’, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, se ha pronunciado acerca de la reciente legalización del ‘matrimonio’ homosexual en Alemania y del trato tradicionalmente dispensado por la Iglesia al colectivo gay. De las declaraciones del prelado, que detallamos a continuación, se extrae una conclusión evidente: que su preocupación no estriba en el hecho de que se haya aprobado en Alemania una norma que menoscaba la institución familiar, sino en el hecho de que la Iglesia no se posicionase en contra de una ley que, hasta 1994, prohibía la homosexualidad en Alemania.

De este modo, el arzobispo de Múnich, que también encabeza la conferencia episcopal alemana y forma parte del Consejo de Cardenales del Papa Francisco, ha arremetido contra la Iglesia por no estar a la vanguardia de la defensa de los derechos LGTB en Alemania, así como ha asegurado que aquélla debe expresar públicamente su arrepentimiento por no haber actuado en contra de la anterior ley contra la homosexualidad: ‘La Iglesia no ha sido precisamente pionera en cuanto a los derechos de los homosexuales’.

En esta línea, el cardenal Marx ha expresado su indignación respecto al trato que, según él, la Iglesia ha dispensado tradicionalmente a los gays: ‘Debemos expresar nuestro arrepentimiento por no oponernos a la persecución de los homosexuales’, ha asegurado el purpurado, quien evita mencionar que la ley contra la homosexualidad gozaba del respaldo de la mayor parte de la sociedad germana.

Asimismo, el arzobispo de Múnich ha defendido que la legalización del matrimonio homosexual no constituye un ataque contra la Iglesia. Y es que, de acuerdo con él, se trata de algo perteneciente al ámbito civil; ámbito sobre el que la Iglesia no debe pronunciarse: ‘La posición cristiana es una cosa. Otra cosa es preguntarse si podemos hacer leyes estatales de todos los conceptos morales cristianos. Quien no entienda que lo uno no lleva a lo otro no entiende la esencia de la sociedad moderna’, ha aseverado el cardenal Marx, quien parece sugerir que la Iglesia debe ponerse de perfil ante los constantes ataques de las sociedades modernas ante la ley natural.

El arzobispo de Múnich también ha rechazado la idea, defendida en el Parlamento germano por el partido ‘Alternativa por Alemania’, de que la legalización del matrimonio homosexual podría conducir a la legalización del incesto y del matrimonio entre tres personas: ‘La ley actual es acerca de la apertura del matrimonio a las personas del mismo sexo y no a familiares o a tres o a cuatro personas’.

Llueve sobre mojado

No es la primera ocasión en que el cardenal Marx defiende estas tesis. Ya el año pasado condenó los supuestos esfuerzos de la Iglesia para marginar a los homosexuales: ‘La historia de los homsexuales en nuestras sociedades es mala porque hemos hecho mucho para marginarles. Debemos pedirles perdón’.

En el contexto del Sínodo de la Familia de 2015, el purpurado manifestó la necesidad de que la Iglesia se ‘aggiornase’ en lo referido a los divorciados vueltos a casar y a los homosexuales, ya que para él (¡y lo dice un obispo!) la continencia sexual no puede tomarse como una solución realista: ‘La recomendación de renunciar al acto sexual en la nueva relación no sólo se presenta como poco realista para para muchos, sino que es cuestionable que aquél pueda ser juzgado de manera independendiente con respecto al contexto vital’.

Gracias a Dios, el Papa Francisco no hizo caso a las pretensiones del Cardenal Marx, y se encuentra muy lejos de las tesis de la envejecida iglesia alemana. Como arzobispo de Buenos Aires calificó el matrimonio homosexual de “movida del rey de la mentira”, y en la Exhortación Postsinodal Amoris Laetitia (p.251) sentencia:

En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»