Al hilo de la polémica abierta por el Alcalde de Zaragoza sobre las inscripciones de bienes a favor de la Iglesia, tuvo lugar en Zaragoza una conferencia dedicada a analizar si la propiedad de la Iglesia es un derecho o un privilegio.

La ponente, la registradora Isabel de Salas, recalcó en una conferencia organizada por la ACdP la legitimidad de la Iglesia para tener propiedades como cualquier otro ente.

Respecto de las inscripciones a su favor, señaló que tiene modo de adquirir justo, y que por tanto las inscripciones practicadas son enteramente legales: los Registradores procedieron de acuerdo con la ley vigente al momento de inscribir. Dicha ley vigente, contenía un artículo, el 206 de la Ley Hipotecaria, que ha sido el que más polémico ha resultado. Incluso en los casos amparados por dicho precepto, las inscripciones no constituyeron un privilegio injusto, sino que tenían una justificación histórica.

Extendidas las inscripciones, señaló, si una Administración no está conforme con las mismas, tiene una doble vía de ataque: la vía civil de impugnación judicial, pidiendo la nulidad de las inscripciones; y la vía administrativa de la expropiación. En la primera, las posibilidades de que el Ayuntamiento gane el juicio son nulas, como se está demostrando en sus primeras derrotas judiciales. La segunda sería viable jurídicamente, pero el coste económico y político hace poco probable que el Ayuntamiento expropie la Seo o el Pilar.

Finalmente, la conferenciante analizó los conflictos que se plantean por la confluencia de intereses de las autoridades civiles y de las religiosas en los bienes de la iglesia catalogados como patrimonio histórico artístico. En relación a los mismos explicó que las ayudas públicas para su conservación son de justicia, están previstas en las leyes y en los convenios, y no pueden poner nunca en entredicho quién es el verdadero propietario de los bienes, que es la iglesia.