Los extremistas 'Combatientes Islámicos por la Libertad de Bangsamoro', que son leales al Estado Islámico, destruyeron la capilla católica de Malagakit, en la parroquia de Pigcawayan, donde profanó la Eucaristía, y atacó una escuela primaria, en la que tomó como rehenes a 31 personas, entre ellas a 12 niños, que ya fueron liberados, el 22 de junio pasado.
El Ejército de Filipinas logró vencer a los islamistas y tener el control del templo católico y el colegio. Un portavoz de las fuerzas militares afirmó que el ataque fue perpetrado por un grupo de 50 y 100 terroristas, que escaparon tras el combate.
El cardenal y arzobispo de Cotabato, Orlando Quevedo, lamentó "la malvada profanación" de la iglesia. Pidió a los fieles compromiso para restaurar la santidad de la capilla y que recen para que vuelva la paz y la armonía entre los creyentes de diferentes religiones.