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Cuando el nombramiento de un obispo desencadena una guerra tribal
18 - 05 - 2017 - IGLESIA - Africa

Los nombramientos de los obispos son un factor clave de los cambios que el papa Francisco está introduciendo en la Iglesia.Pero al recordar – en el vuelo de retorno desde Fátima a Roma – el 13 de mayo de veinticinco años atrás, cuando el nuncio en Argentino le telefoneó para decirle que había sido nombrado obispo, Jorge Mario Bergoglio reconoció que en cada nombramiento hay un riesgo, también en los que ahora ha hecho él.(Sandro Magister-Settimo Cielo)

En la conferencia de prensa en vuelo dijo:

"Y hablé con la Virgen un poco de eso, le pedí perdón por todos mis errores, también un poco por el mal gusto a la hora de elegir a las personas".

La que sigue es precisamente la historia de un nombramiento difícil. Fue hecho, rechazado y revocado, y hasta ahora se mantiene en suspenso. En una diócesis del único continente – África – en el que el catolicismo está creciendo: Makeni, en Sierra Leona. Con una entrevista inédita del actual administrador apostólico.

El autor del servicio, Sergio Rizza (@sergiorizza), tiene 47 años, es milanés y es periodista del diario free press "Metro". Elaboró su tesis de licenciatura sobre el caso de Makeni.

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MAKENI, UNA DIÓCESIS SIN OBISPO DESDE HACE CINCO AÑOS


por Sergio Rizza

Un automóvil dado vuelta e incendiado. Las puertas de la catedral bloqueadas. Amenazas. Mucho miedo. Sacerdotes contra sacerdotes. Fue este río de ira el que, según los testimonios recogidos por medios de comunicación locales y de la agencia Misna, inundó a Makeni, en Sierra Leona, en enero del 2012.

Fue la revuelta de una parte del clero local contra el ingreso a la diócesis del nuevo obispo recién nombrado por el papa Benedicto XVI. Se llamaba Henry Aruna y era sierraleonense, sí, pero “forastero”, ya que provenía de la diócesis lejana y rival de Kenema, y además era de una etnia Mende en territorio Temne.

Esto fue suficiente para que fuese considerado un usurpador, venido desde afuera para tomar posesión él, arrancándolos a los sacerdotes locales de la rica herencia en “obras de bien” dejada a Makeni por el misionero javeriano Giorgio Biguzzi, obispo desde 1987 hasta el 2011, una de las personalidades eminentes de Sierra Leona, un rol conquistado en el campo de batalla en los años durísimos de la guerra civil.

Pero la herencia no era sólo material. Una fuente reservada pero de confianza nos dice que Biguzzi "había preparado desde hace años a sus sacerdotes ilusionándolos con que ese gran poder que la Iglesia tiene en los países africanos pasaría a uno de ellos". Justamente por esto, la rabia de esa revuelta se había dirigido también contra él.

Desde entonces han pasado más de cinco años, pero todavía no se ha resuelto la cuestión. El “forastero” Aruna no ha puesto nunca un pie en Makeni, lamentando “amenazas no cristianas recibidas por teléfono” y riesgos para su misma vida. Es por eso que la Santa Sede dejó vacante la diócesis, llamando a gestionarla ya en el 2012 a un administrador apostólico, otro misionero javeriano, el bergamasco Natalio Paganelli.

En julio del 2015 el papa Francisco hizo obispo después al mismo Paganelli, pero ha dejado todavía sin un titular a Makeni. Un punto muerto. ¿Y ahora? Ahora la cicatriz “ha quedado”, aunque se trabaja “bien por la reconciliación” y para dar a la diócesis ese obispo “local” que sería la cuadratura del círculo. Para hablar de ello está precisamente el obispo-administrador Natalio Paganelli.

P. – Monseñor Paganelli, en el 2015 el papa Francisco lo hizo obispo, pero de Gadiaufala, una antigua diócesis que ya no existe, dejándolo en Makeni “sólo” como administrador…

R. – Sí, el Papa tomó esta decisión: desplaar a Aruna de obispo electo de Makeni a auxiliar de Kenema, su diócesis de origen. Makeni, donde la situación se juzgaba difícil, permanece bajo la responsabilidad directa de la Santa Sede, que me ha dejado a mí, aquí, como administrador apostólico.

P. – ¿Usted permanecerá aquí mucho tiempo?

R. – No lo sé. No está definido. No me han dicho nada, ni tampoco se discutió el tema. Estaré aquí hasta que la Santa Sede lo quiera.

P. – ¿Cuál es la situación de la diócesis? ¿Todavía hay conflictos?

R. – Quedó la cicatriz. Pero ha comenzado un recorrido positivo de reconciliación entre las distintas diócesis. A fines de enero todos los sacerdotes de Sierra Leona se reunieron para dialogar.

P. – ¿Cómo entran las otras diócesis? ¿El problema del rechazo de Aruna, nombrado por Benedicto XVI, se limitaba totalmente a Makeni, o no?

R. – No, ésta es una visión errónea, manipulada por algunos. El problema era justamente la división entre Makeni y las otras diócesis, entre ellas la de Kenema, de donde provenía Aruna.

P. – ¿Según usted, porque entonces Aruna fue rechazado?

R. – Es muy simple. El hecho era que todas las otras diócesis habían recibido como primer obispo de Sierra Leona a uno del lugar, que precisamente provenía de esa misma diócesis. En Makeni esperaban a uno de ellos.

P. – ¿Un conflicto étnico?

R. – Digamos que es un conflicto regional. Sierra Leona está dividida en dos: el norte, con Makeni, y al sudeste, con la capital autónoma Freetown. [Si Aruna hubiese tomado posesión de la diócesis de Makeni] la Conferencia Episcopal habría estado representada sólo por el sudeste.

P. – Entonces en Makeni querrían un obispo de Makeni: ésta sería la solución del caso, no un “diálogo” entre las diócesis del país.

R. – Se necesita un poco de paciencia. Es díficil decirlo. Ciertamente la de Makeni ha sido una lección que la Santa Sede tendrá presente. Aunque se supiera quién será el próximo obispo no lo diría, pero honestamente yo y el nuncio jamás hemos discutido de esto. Lo importante es que el camino del diálogo haya comenzado bien, como en octubre del año pasado, cuando todos juntos, peregrinamos hacia el fin del Jubileo.

P. – ¿Usted en Makeni prepara los posibles sucesores del último obispo, Giorgio Biguzzi?

R. – Ya hay sacerdotes preparados, aquí, aún cuando el clero es bastante joven. Diez tienen el doctorado, 7 la licenciatura, otros dos están en Italia para terminar el doctorado. Hoy hay 40 sacerdotes diocesanos. En el futuro habrá seguramente algún candidato. La decisión final corresponderá a la Santa Sede, es decir, al Papa. La conferencia episcopal dará una ayuda en el discernimiento.

P. – Ha pasado la epidemia del Ebola. ¿Cómo está Sierra Leona?

R. – En cuanto a la salud, todo está tranquilo. Nos preparamos a las elecciones generales de marzo del 2018. Las elecciones son siempre momentos difíciles (en Francia Le Pen perdió, gracias a Dios). La conferencia episcopal local está preparando una carta pastoral para recomendar evitar todo tipo de violencia.

P. – ¿Pero la economía?

R. – La situación es difícil. Estamos en crisis económica. El león, la moneda local ha sido devaluado. Las minas están cerradas, porque el precio del hierro es muy bajo.

P. – ¿Y el oro? ¿Los diamantes?

R. – Se ha descubierto recientemente aquí el segundo diamante más grande pero jamás encontrado: una piedra de 706 quilates encontrada el pasado mes de marzo por un campesino en Yakadu. Por el resto es difícil saber.

*

Makeni es la capital del norte de Sierra Leona, una región con 1,8 millones de habitantes, una abrumadora mayoría musulmana, que convive pacíficamene con las pocas decenas de miles de cristianos presentes.

Sierra Leona es un país muy pobre, devastado hasta el comienzo de los años 2000 a causa de una tremenda guerra civil, acoge a la Iglesia cristiana más antigua del Africa tropical, pero fue sólo en 1952 que se erigió en Makeni una prefectura apostólica, confiada a los misioneros javerianos de Parma, y luego fue elevada a diócesis

Giorgio Biguzzi, obispo desde 1987 hasta el 2011, contribuyó fuertemente para hacer de Makeni la diócesis más importante del país, la más rica de obras católicas, con más de 300 escuelas primarias, más de 40 escuelas secundarias y 30 preescolar, con dos hospitales y cuatro clínicas, con una universidad y el Campus Instituto Fátima.

Y todo esto se ha realizado también gracias a considerables contribuciones llegadas sobre todo de Italia.

En el 2007 Italia canceló la deuda de Sierra León, y entre el 1982 y el 2002 y entre 1992 y el 2010 le ha entregado 56 millones de euros a título de donación y 116 millones de euros en crédito de ayuda.

Y con referencia a Makeni, siempre el Estado italiano ha financiado con 160 mil euros la ampliación del Hospital Espíritu Santo de la diócesis, con casi 500 mil euros el proyecto "Sana Maternidad en Makeni", también él vinculado al Hospital del Espíritu Santo, y con otros 500 mil euros el conflicto, resuelto, con la epidemia de Ébola.

Pero después ha habido contribuciones provenientes del 8 por 1000 (0,8%), el sistema con el que en Italia el Estado financia a la Iglesia Católica y a las otros comunidades religiosas en proporción a las firmas de los contribuyentes. El obispo Paganelli fue conocido en los meses pasados por haber recibido 250 mil euros de la Conferencia Episcopal Italiana para establecer un laboratorio de análisis en el Hospital del Espíritu Santo, y otros fondos también para los huérfanos de la epidemia de Ébola.

Por no hablar de las contribuciones privadas. Gracias a la generosidad de una empresa de Rescaldina, en la provincia de Milán, fundada y conducida por Francesco Zanchi, la Facultad de Ciencias Agrarias de la universidad estatal de Milán ha creado un curso de licenciatura en Ciencias Agrarias y Alimentarias en la universidad de la diócesis de Makeni. Según el juicio de los expertos, Sierra Leona tiene terreno fértil y promete muy bien, sobre todo para el cultivo de arroz.