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Críticas islámica contra Al-Azhar. La otra cara del viaje de Francisco a Egipto
08 - 05 - 2017 - INTERRELIGIOSO - Musulmanes

A una semana de distancia de la visita del Papa Francisco a Egipto, se ha dicho mucho sobre lo que él ha hecho. Pero, en cambio, poco se ha dicho sobre lo que ha sucedido en la otra parte, la del islam.El del gran imán de Al-Azhar, Al-Tayyib ha sostenido que "no hay una sola razón lógica que justifique" dicha violencia a no ser "el comercio y la venta de armas", junto al olvido de la religión por parte de la "civilización moderna".  Razones  estas que fueron muy criticadas en el ambiente intelectual islámico.(Sandro Magister-Settimo Cielo)

Al contrario de Francisco, que en su discurso, pronunciado inmediatamente después del suyo, ha atribuido la violencia perpetrada en nombre de la religión a una "falsificación idolátrica de Dios", con una alusión no explícita pero transparente al terrorismo y a las guerras de matriz islámica, Al-Tayyib ha sostenido que "no hay una sola razón lógica que justifique" dicha violencia a no ser "el comercio y la venta de armas", junto al olvido que la "civilización moderna" ha hecho descender sobre las "religiones divinas y sus éticas inmutablemente establecidas".

Al-Tayyib ha negado, por lo tanto, la existencia de un fundamento cuando se atribuyen al islam los actos terroristas perpetrados en su nombre, solo porque haya "pequeños grupos de seguidores" que los lleven a cabo, porque entonces, ha añadido, la misma acusación debería aplicarse al cristianismo y al judaísmo, pues ambas religiones también tienen seguidores que siembran la muerte "elevando la cruz" o " las enseñanzas de Moisés".

Ahora bien, es importante observar que estas afirmaciones del gran imán de Al-Azhar han sido objeto de críticas por parte de algunos de sus correligionarios.

El comentario más punzante lo ha hecho un intelectual musulmán egipcio, Islam Al-Behairy, condenado a un año de prisión por sus precedentes críticas a Al-Azhar, y sucesivamente indultado por el presidente Abd Al-Fattah Al-Sisi, que también atacó clamorosamente a la que es la universidad más célebre del islam suní, a la que había conminado para que pusiera en marcha lo antes posible una "revolución religiosa" capaz de "erradicar" el fanatismo del islam para "reemplazarlo con una visión más ilustrada del mundo".

Al-Behairy ha expuesto sus críticas al gran imán de Al-Azhar en una entrevista a "Asia News", la agencia online del Pontificio Instituto de las Misiones Extranjeras:

> Islam Al-Behairy: la visita del Papa occasione persa da Al-Azhar

Par él, las razones que utiliza Al-Tayyib para explicar el terrorismo islámico, inculpando el tráfico de armas y el pensamiento post-moderno, son pseudo-razones:

"Si las razones del terrorismo religioso son el pensamiento post-moderno y el tráfico de armas, vivimos en el mundo de los sueños. De hecho, en nuestra jurisprudencia clásica hay textos que incitan a la violencia. Vemos personas que voluntariamente se hacen explotar matando a decenas de personas precisamente porque han leído textos que les dan carta blanca para matar a cualquiera, es decir, por la simple razón que poseen una fe inquebrantable en base a la cual honran a Dios inmolándose y matando a muchas otras personas al mismo tiempo. ¡No es una cuestión de tráfico de armas! Invito a la administración egipcia a controlar atentamente las opiniones del jeque Al-Tayyib, porque en base a su pensamiento, el estado nunca será capaz de poner fin a la violencia".

Y sigue:

"Pido a Al-Azhar que deje de mostrar al mundo libros escritos por determinados imanes de la Edad Media, como si fueran un legado del verdadero islam. Porque lo que contienen esos libros es lo que pone en práctica Daesh [el estado islámico] al pie de la letra y hasta el último punto. Si de verdad quisiera acabar con lo que está sucediendo, el jeque Al-Tayyib debería escuchar a quienes le invitan a hacer una segunda lectura de estos textos y a decir que lo que hay escrito en ellos no corresponde a la verdad. Estos imanes del pasado han dañado a nuestra gente, han dañado la imagen del islam y las relaciones del islam con las otras religiones. Pero el jeque no quiere oír hablar de nuevas interpretaciones y las combate ferozmente, intentando que se procese a todos los que las defienden. En realidad, es una fuente de perenne contradicción. En una declaración dirigida a Occidente afirmó que el islam no invita a matar a quien apostata. Pero en Egipto dice que el islam anima a hacerlo".

Es impresionante la semejanza entre estas críticas de Al-Behairy a Al-Azhar y las que formularon la vigilia del viaje del Papa Francisco dos jesuitas egipcios muy competentes en materia, los padres Henri Boulad y Samir Khalil Samir, en dos entrevistas a "L'Osservatore Romano" y "Asia News", de las que Settimo Cielo se hizo eco.

De hecho, el recorrido de Al-Tayyib está lleno de contradicciones.

En 2007 fue uno de los firmantes de la famosa "carta de los 138 sabios musulmanes" a Benedicto XVI en respuesta-diálogo a su lección de Ratisbona. Pero es también quien, a principios de 2011, interrumpió las relaciones entre la universidad de Al-Azhar y la Santa Sede porque Benedicto XVI había rezado públicamente por las decenas de víctimas del atentado de Año Nuevo contra la iglesia copa de los Santos Marcos y Pedro, en Alejandría de Egipto.

Ha sido en diversas ocasiones huésped reverenciado de los encuentros interreligiosos de paz organizados cada año por la Comunidad de Sant'Egidio. Pero es también la persona que, en 2004, en uno de estos encuentros, aprobó públicamente los actos terroristas llevados a cabo en Israel contra civiles, incluidos niños.

Es la persona que en 2015, cuando el Isis quemó vivo en una plaza pública a un piloto jordano capturado, condenó como "no islámico" este acto. Pero, de paso, sentenció que esos asesinos "deben ser asesinados, crucificados y se les deben amputar las manos y los pies".

Vistos estos precedentes, no sorprende que Al-Behairy se declare escéptico sobre la conferencia internacional de paz organizada en Al-Azhar por el gran imán Al-Tayyib en concomitancia con la visita del Papa:

"Esta conferencia de paz no lleva a ninguna parte. No hay nada de concreto en ella en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo. Es una comedia que está muy lejos de la realidad".

Como sigue estando lejos de ser acogida, con excepción de unos pocos y aislados precursores, la propuesta revolucionaria que Benedicto XVI lanzó al mundo islámico en diciembre de 2006, tres meses después de Ratisbona.

Una propuesta de extraordinaria actualidad, pero que ha caído en el olvido, también dentro de la Iglesia católica. Y éste es un motivo añadido para volver a leerla entera:

"El mundo musulmán se encuentra hoy, con gran urgencia, frente a una tarea muy similar a la que a los cristianos fue impuesta a partir de los tiempos del iluminismo y que el Concilio Vaticano II – como fruto de una larga y fatigosa búsqueda – ha plasmado en soluciones concretas par la Iglesia católica. [...]

"Por una parte, hay que oponerse a una dictadura de la razón positivista que excluye a Dios de la vida de la comunidad y de los ordenamientos públicos, privando así al hombre de sus criterios específicos de medida.

"Por otra parte, es necesario acoger las verdaderas conquistas del iluminismo, los derechos del hombre, especialmente la libertad de la fe y de su ejercicio, reconociendo en ellos elementos esenciales también par la auténtica religión. Como en la comunidad cristiana ha habido una larga búsqueda sobre la justa posición de la fe en relación a aquellas convicciones – una búsqueda que ciertamente no será jamás concluida definitivamente – así también el mundo islámico, con la propia tradición, está frente a la gran tarea de encontrar al respecto soluciones adecuadas.

"El contenido del diálogo entre cristianos y musulmanes será en este momento sobre todo el de coincidir en este compromiso por encontrar soluciones justas. Nosotros cristianos nos sentimos solidarios con todos aquellos que, precisamente en base a sus convicciones religiosas de musulmanes, se comprometen contra la violencia y por la sinergia entre fe y razón, entre religión y libertad".