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Trump, una impredecible incógnita
09 - 04 - 2017 - CULTURA - Política

 Media Norteamérica enmudeció aquella noche de noviembre último cuando escuchó lo increíble: había conquistado la Presidencia de los Estados Unidos de América uno de los personajes más controvertidos e impopulares de que se tenga memoria en una postulación a ella.(Alfredo Barahona, revista claretiana TELAR-Religión Digital)).

El magnate Donald John Trump, bachiller en economía, empresario inmobiliario, hotelero, de casinos y deportes; que acumula 4.500 millones de dólares en sus faltriqueras; que no tiene experiencia política; que nunca desempeñó un cargo público; que por años manejó las pantallas televisivas de los mayores certámenes de belleza, de la farándula y "reality shows"; que insultó a mujeres llamándolas "cerdas gordas, perras y animales desagradables"; que ofendió a diestra y siniestra y propuso medidas desconcertantes, había alcanzado lo que parecía imposible.

Y lo había logrado a contrapelo de su partido, el Republicano, que en gran medida le quitara el piso a su postulación. Había ganado conforme al engorroso sistema electoral indirecto de los Estados Unidos, pese a que Hillary Clinton, su contrincante demócrata, lo superó en dos y medio millones de votos populares.


Ejes desengrasados

En una campaña presidencial que decepcionó por el bajo nivel de las confrontaciones, Trump había provocado encendidas protestas por los ejes rechinantes de su candidatura, calificados como grotescos, ofensivos y sensacionalistas.

Definiéndose como un "conservador con sentido común" y en una ubicación política "a la derecha de la derecha", prometió devolver el "liderazgo perdido" de los EE.UU. restableciendo la gran producción industrial interna y frenando las importaciones; se comprometió a cerrar el dique de las inmigraciones ilegales; a amurallar en 3.145 km toda la frontera mexicana, con un costo de 21 mil millones de dólares que el propio México debería pagar. Recién asumido decretó iniciar los trámites.

Había tildado a los inmigrantes ilegales mexicanos de "corruptos, delincuentes y violadores"; dijo que fletaría buses para expulsar a México a 11 millones de inmigrantes latinos ilegales, y que cerraría el ingreso a todos los musulmanes. A la semana de asumir, decretó el cierre temporal de las fronteras a los inmigrantes de siete países de mayoría musulmana, y a refugiados de todo el mundo. Por algo es el autor de "Piensa en grande y patea traseros en los negocios y la vida". Pateando así gatilló su primer conflicto con el poder judicial.

El papa Francisco dijo que "no es cristiano construir muros". El magnate presbiteriano replicó tachando de "vergonzoso" que el pontífice niegue la fe de alguien; y agregó que el Vaticano tiene murallas "escandalosamente altas". Pero después acotó que Francisco es un "tipo maravilloso".

 

Considerando "corruptos, repugnantes y deshonestos" a los grandes medios de comunicación tradicionales, se echó encima a The Washington Post y otros, los que dieron por sentada su derrota presidencial y se equivocaron en forma tan estrepitosa como las encuestas políticas.

Insólitamente contrario a la globalización económica, la acusó de haber destruido a las clases medias de su país provocando 5 millones de desempleados por el cierre de 60.000 fábricas en 15 años. Se proclamó así proteccionista de la industria nacional, prometiendo gravar fuertemente las importaciones, y en especial a las grandes automotrices que fabriquen afuera.

Fuerte crítico de acuerdos comerciales emblemáticos propiciados por USA, como el NAFTA norteamericano y el TPP Transpacífico, anticipó que replantearía el primero y sacaría al país del segundo, por ser ambos perjudiciales para sus industrias. Decretó ambas medidas al segundo día de su mandato.

Aseguró que no tocará los beneficios de seguridad social ni la edad de jubilar de los estadounidenses, que rebajará el precio de los medicamentos y ayudará a los "sin techo"; pero prometió eliminar el llamado "Obamacare", con el cual su antecesor dio cobertura de salud a 50 millones de ciudadanos desprotegidos. Apenas entronizado, decretó comenzar a desmantelarlo. Para él, éste y otros beneficios son grandes factores del enorme endeudamiento del país.

¿Bonos a favor?

Observadores dispuestos a esperar lo que en realidad lleve o trate de llevar a cabo como mandatario, señalan algunos pronunciamientos claves que tal vez ayudaron a inclinar la balanza electoral en favor de Trump:

Ha sostenido que el matrimonio entre un hombre y una mujer es "la base de una sociedad libre", deplorando una decisión de la Suprema Corte de Justicia que reconoció como derecho constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ha apoyado a grupos conservadores de varios estados que han negado servicios a los referentes LGBT, lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.

Se ha declarado contrario al aborto, que la Suprema Corte legalizó en 1973; desde entonces se han abortado unos 60 millones de embarazos. Trump pretende cargar a su favor al tribunal supremo instalando como miembro vitalicio a un magistrado provida, y designó embajadora ante la ONU a Nikki Haley, una activista similar.

Recién asumido suprimió los ingentes aportes gubernamentales a Planned Parenthood, considerada la mayor agencia multinacional abortiva del mundo y traficante de órganos de los fetos extraídos, para fines sanitarios y cosméticos.

¿Otra vez la Guerra Fría?

Aparte de sus candentes proposiciones internas, la gran incógnita de Trump como Presidente es su gestión internacional; impredecible en sus manejos y resultados, se la considera un peligro potencial grave.

A los ojos de diversos analistas, ha regresado la Guerra Fría, que en la segunda posguerra mundial enfrentó de forma soterrada en dos grandes bloques al mundo, hasta fines de los '80 y el derrumbe de la Unión Soviética, llegando al riesgo de un conflicto nuclear.

 

Pero ahora con un naipe nuevo, los Estados Unidos se aliarían con Rusia, tras un acercamiento entre Trump y Vladimir Putin durante la campaña presidencial.

Se ha dicho que el triunfo del magnate fue consecuencia de un "hackeo" ruso masivo a sistemas informativos norteamericanos, el que boicoteó al Partido Demócrata, distorsionó realidades, ocultó verdades e hizo parecer imposible lo que resultó un gran balde de agua fría.

Se agrega que el magnate será cautivo de una carpeta secreta de inmoralidades -incluso sexuales, tan sensibles para severos códigos hipócritas norteamericanos- que Rusia guarda para chantajear su adhesión.

 Lo cierto es que la alianza Rusia-USA, que se vio casi ilusoria bajo la presidencia de Barack Obama, se plantea ahora como necesaria para enfrentar en conjunto al criminal autodenominado "Estado Islámico" y sus ramificaciones, cuyos desmanes terroristas vienen manteniendo al mundo en vilo.

Sin embargo, la mirada de Trump iría mucho más allá. Porque, al hablar de proteccionismo a la economía de su país, freno a las importaciones y retorno de empresas al suelo norteamericano, estaría mirando a China mucho más que como adversario económico. Aparte de que el coloso asiático es un depositario gigantesco de dólares que podría utilizar a su arbitrio contra USA si se ve seriamente amagado, tiene un temible poder nuclear que ha sacado a relucir frente a virtuales conflictos con Occidente.

"China es nuestro enemigo; ellos nos quieren destruir", escribió Trump en la red social ya en 2011.

Y apenas electo se permitió "pisarle los callos" llamando, para responder un saludo de felicitación, a Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, el país insular que China considera provincia de su territorio y con el que USA rompió relaciones formales en 1979.

El gobierno chino le ha requerido prudencia si quiere "evitar toda perturbación innecesaria de las relaciones chino-estadounidenses". Trump "twitteó" de vuelta: "Es interesante ver cómo Estados Unidos le vende a Taiwán miles de millones de dólares de equipamiento militar, pero no debería aceptar una llamada de felicitación".

El periódico estatal chino ha comentado que el nuevo mandatario "está jugando con fuego".

Trump ha negado en absoluto el cambio climático global, tildándolo de "engaño creado por y para los chinos" con el fin de perjudicar la economía norteamericana.

Y mientras él aboga por protegerla poniendo barreras a las importaciones chinas, paradojalmente Xi Jinping, presidente de la China capitalista-comunista, defendió en forma encendida en la reciente cumbre empresarial internacional de Davos el libre comercio y la globalización. "No habrá ganadores en una guerra comercial. Seguir el proteccionismo es como encerrarse uno mismo en un salón oscuro: puede que evite el viento y la lluvia, pero también se quedarán afuera la luz y el aire", advirtió Xi Jinping.

 


¿Despidiendo a los amigos?

A la peligrosa frialdad de sus relaciones con China, Trump suma la decisión de "cortarle el gas" a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, que agrupa al poderío bélico de las potencias occidentales con financiamiento mayoritario de USA. Apelando a la gran deuda nacional, el magnate pretende replantear la alianza con sus socios bélicos. "No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN", ha dicho.

A la vez, ha criticado la política inmigratoria de Alemania, provocando la reacción de su líder, Angela Merkel.

¿Estará aislando de sus aliados al país, cuando se percibe su distanciamiento de una Europa debilitada por el "descuelgue" económico de Gran Bretaña y el peligroso surgimiento de la ultraderecha en Francia, Hungría, Polonia y otros miembros?

Tampoco ha sido fino sobre las posibles relaciones futuras entre USA y Japón, su exenemigo tan duramente golpeado y posterior aliado por 70 años. Entretanto, declara otros "enemigos" como Irán, cuyo virtual poderío nuclear no es un misterio.

¿La sombra de Godzilla?

Del Japón surgió precisamente, en los primeros años de la posguerra, Godzilla, supuesto mutante entre gorila y ballena que personificó las pesadillas niponas por Hiroshima y Nagasaki. Protagonista de más de una veintena de filmes japoneses y norteamericanos, es aún conocido en buena parte del mundo. Pero hay quienes ven hoy día alzarse su sombra con los mismos contornos originales del monstruo nuclear.

La personalidad a lo menos atípica de Donald Trump plantea desde temores irracionales hasta fundada perplejidad sobre sus posibles reacciones como Presidente de los Estados Unidos en caso de un conflicto internacional grave.

Porque el Presidente de USA tiene la facultad de decretar una guerra aun sin el consentimiento legislativo. Además -y para algunos lo peor- es quien dispone de las claves para gatillar un ataque nuclear.

"The Donald" -apodo que le popularizó Ivana, la primera de sus tres esposas- está ya sentado en el sillón de Washington, para bien o para mal. Imposible que a estas alturas su nombre evoque al legendario personaje creado por Disney, cuyas aventuras animadas divirtieron a varias generaciones. Al de hoy, muchos lo ven encerrado en la Casa Blanca como un Godzilla enardecido en una cristalería.

Pese a las protestas masivas que se han sucedido tras su investidura, no es posible vaticinar el curso que impondrá a las políticas norteamericanas cruciales a corto, mediano y largo plazo. A pesar de sus rasgos cabalmente tipificados, está por verse hasta dónde impulsará en verdad todas sus insólitas propuestas, o si no le será posible hacerlo. Una gran incógnita.