El prelado, actual diocesano de Cruz del Eje, estimó que asumirá su nueva misión pastoral entre finales de mayo y principios de junio, y adelantó que aspira a “sanar heridas y mirar para adelante” y a “ser puente y ayudar desde mi función a anunciar el Evangelio de la alegría y del encuentro”.

“Hay que mirar la historia con toda objetividad y no con parcialidades; mirar la historia con verdad y justicia, y no con pasiones y miradas subjetivas", dijo en declaraciones a la agencia Telam, y agregó: "Hay una reconciliación que sigue pendiente entre los argentinos. Tengo la gracia de venir de la tierra del Cura Brochero, de la cual me voy con el corazón partido, que fue un hombre de encuentro y de diálogo”.

En una entrevista con el portal Vatican Insider, monseñor Olivera sostuvo que aspira a “llegar como un obispo que es un padre, un hermano y un amigo, que tiene confiadas las realidades pastorales y espirituales de los militares, de sus familias, acompañar a los sacerdotes que hacen esta labor”.

“Voy como un sacerdote a hablar del Evangelio, a crear puentes, a mirar con entusiasmo el futuro. Agradezco mucho haber pasado por esta tierra del ‘cura gaucho’ José Gabriel Brochero, que era el hombre del encuentro. Sueño con militares, con políticos, con docentes, con empresarios que hagan los ‘baños del alma’, como los llamaba el santo”, afirmó.

“Aspiraré a mirar para adelante. Hay que dejar atrás viejas heridas, trataré de hacerlo. Para eso nos va a ayudar el encuentro con la palabra, con la oración, crear puentes y no crear muros. Tenemos que trabajar para el encuentro de todos, para mirar la historia con verdad y con justicia, no con pasiones de un solo lado”, subrayó.

“Reconocer culpas, pensar para construir una patria con verdad, más reconciliada, más fraterna. Nadie se puede decir exento de las cosas que pasan en nuestra patria, en nuestras familias y en nuestra realidad. Pero desde la predicación del mensaje de Jesús, deseo mirar para adelante”, concluyó.