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Una forma de mercantilizar e ideologizar la ciencia
01 - 12 - 2016 - EMERGENCIA ANTROPOLOGICA - Vida

A los avances obtenidos con células madre adultas, se suma una nueva investigación sobre reprogramación celular con la que se podrían llegar a tratar procesos degenerativos como el envejecimiento o enfermedades como el Alzheimer o la diabetes.
 

Siguiendo los pasos del investigador japonés Shinya Yamanaka, que obtuvo el Nobel de Medicina en 2012 gracias al éxito de sus investigaciones sobre reprogramación celular, es decir obtener células pluripotenciales a partir de células adultas, un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha demostrado que esa reprogramación celular se puede llevar a cabo en un organismo vivo de forma que sería factible llegar a tratar procesos degenerativos como el envejecimiento o enfermedades como el Alzheimer y la diabetes.

Los resultados del estudio ‘Tissue damage and senescence provide critical signals for cellular reprogramming in vivo’ (‘El daño tisular y la senescencia proporcionan señales críticas para la reprogramación celular en vivo’), publicado en la revista Science, mejoran sustancialmente los obtenidos hasta ahora por el equipo de Yamanaka y otros avances logrados con los estudios con células madre adultas.

Todos ellos, en su conjunto, constatan el fiasco de las investigaciones realizadas con células madre embrionarias, que se presentaron en su momento como la gran panacea ante las enfermedades degenerativas pero que no pasaron de ser una forma de mercantilizar e ideologizar la ciencia que no ha obtenido ningún resultado terapéutico.

Desde la izquierda, Cristina Pantoja, Lluc Mosteiro, Manuel Serrano y Noelia Alcázar, del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO
Desde la izquierda, Cristina Pantoja, Lluc Mosteiro, Manuel Serrano y Noelia Alcázar, del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO

Un avance lleno de esperanza

Por el contrario, los resultados obtenidos en el estudio del CNIO, como otros obtenidos anteriormente usando células madre adultas, en ocasiones obtenidas del propio paciente, están llenos de esperanza.

Una primera cuestión que plantea el artículo de la revista Science es que “la reprogramación celular no sucede exactamente como pensábamos” y que “el daño tisular es un factor relevante para que las células retrocedan a un estado embrionario”.

Hay que recordar que la técnica utilizada por Yamanaka, está basada en la introducción de una combinación de cuatro genes conocida como OSKM (por sus iniciales, OCT4, SOX2, KLF4 y MYC), y “devuelve a las células adultas a un estado similar al embrionario conocido como pluripotencia”, añade el estudio.

“Sin embargo, tiene varias limitaciones, como una baja eficacia y la aparición de un tipo particular de tumores (teratomas), lo cual es incompatible con su potencial uso clínico”, continúa.

“Manuel Serrano y el Grupo de Supresión Tumoral del CNIO llevan años trabajando en este campo. Su enfoque innovador les llevó en 2013 a lograr la reprogramación celular en el interior de un organismo vivo, mientras que hasta entonces la reprogramación sólo se había hecho fuera del organismo usando explantes celulares”, destaca.

Comprender la reprogramación para para mejorar la regeneración

El trabajo publicado ahora en Science por Serrano y su equipo analiza qué sucede en los tejidos vivos cuando se induce la reprogramación utilizando OSKM y lo que han observado cambia la idea que teníamos hasta ahora sobre esta técnica.

 

“Los genes de Yamanaka son poco eficientes induciendo reprogramación, o pluripotencia, en las células altamente especializadas de un organismo adulto”, según detalla Lluc Mosteiro, primera firmante del trabajo y principal responsable del trabajo experimental. Sus observaciones indican que el daño tisular juega un papel muy importante que complementa la actividad de los genes OSKM.

“Esta relación entre daño tisular y reprogramación está mediada por una molécula proinflamatoria, la interleucina-6 (IL6). Sin su presencia, los genes OSKM son mucho menos eficientes induciendo la reprogramación. Estos hallazgos sugieren la siguiente secuencia de eventos: la expresión de los genes OSKM produce un daño en las células; en consecuencia, éstas secretan IL6; la presencia de esta molécula hace que algunas células vecinas se reprogramen”, aclara la información del CNIO sobre la investigación.

Una vez identificado el papel esencial de IL6, Serrano, Mosteiro y el resto del equipo ya trabajan en la actualidad con diferentes aproximaciones farmacológicas para aumentar el grado de reprogramación.

“Esto podría ayudar a mejorar la regeneración de los tejidos dañados, incluso en ausencia de los factores de Yamanaka. Mejorar esta capacidad de reparación tendría evidentes consecuencias para la medicina regenerativa, incluyendo el tratamiento de múltiples patologías y procesos degenerativos asociados al envejecimiento”, concluye.

¿Por qué acabar con un proyecto de vida humana?
¿Por qué acabar con un proyecto de vida humana?

El sinsentido de las embrionarias

Cabe recordar que ya con los resultados obtenidos por Yamanaka en 2007 a los defensores de los estudios con células madre embrionarias se les hizo difícil argumentar que utilizar embriones humanos era más eficaz que recurrir a las células madre adultas:

Por aquel entonces, el propio Ian Wilmut, padre del fracaso proyecto de creación de la oveja ‘Dolly’, certificó el fin de sus estudios con embriones para obtener células madre al afirmar que la clonación y las células embrionarias “no son eficientes ni rentables”.

Unos meses después, Yamanaka advertía a la comunidad científica sobre las consecuencias de un mal uso de su técnica, con la que se podría obtener vida humana en un laboratorio, y pedía una regulación de su método por los problemas éticos que podría originar.

Posteriormente, en noviembre de 2008, nos hacíamos eco en Forum Libertas de que más de 40 avances avalaban la investigación con células madre adultas con fines terapéuticos, con lo que el debate en torno a la supuesta eficacia de las investigaciones con células madre embrionarias no tenía ya ningún sentido.

De hecho, dejando al margen las cuestiones éticas, el fondo de la cuestión está en los resultados terapéuticos obtenidos. Así lo manifestaba entonces el cardenal Javier Lozano Barragán, quien era en aquel momento presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, cuando aseguraba que las células madre embrionarias “no sirven para nada y hasta ahora no ha habido ninguna curación”, una frase perfectamente válida a día de hoy.

 (Fuente: Forumlibertas)