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Instituto del diálogo interreligioso avalado por la OEA
10 - 09 - 2016 - CULTURA - Política

Francisco instó a líderes judíos, musulmanes y católicos a condenar de forma conjunta y “rotundamente” las “acciones abominables” como el uso del terrorismo para sembrar miedo y violencia.

Urge condenar la violencia y el terrorismo. Deben hacerlo todas las religiones, juntas y rotundamente. Pero se necesita una alternativa real a las “acciones abominables” de los fundamentalistas. La única opción es el diálogo, sincero y respetuoso. Y también una acción coordinada en temas de interés común, como la defensa del medio ambiente. Por eso Francisco bendijo hoy un nuevo Instituto de Diálogo Interreligioso de las Américas, un organismo avalado por la OEA. A sus impulsores los animó a salir de las fronteras de la región y llevar su mensaje a todo el mundo.

La mañana de este jueves, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa recibió en audiencia a los 105 participantes en el encuentro “América en diálogo. Nuestra Casa Común”. Procedentes de 18 países distintos, pertenecen a las tres religiones monoteístas principales: judíos, musulmanes y cristianos. Entre ellos se contaron integrantes de supremas cortes de justicia de diversos países (Argentina, Chile, México), ministros, funcionarios e incluso la vicepresidente de Honduras, Lorena Herrera.

Sin importar el protocolo, ni el rango de los invitados, al llegar al salón el Papa tuvo un gesto. Primero abrazó a sus amigos: el rabino Daniel Goldman, el sacerdote Guillermo Marcó y el exponente musulmán Omar Abboud. Con ellos empezó todo. Allá por el año 2005, cuando ellos le propusieron al entonces cardenal de Buenos Aires firmar una declaración contra el fundamentalismo junto a asociaciones judías e islámicas. Aquello fue el inicio del original Instituto del Diálogo Interreligioso.

En su discurso, el líder católico delineó los trazos de sus expectativas sobre el diálogo y puso en guardia contra los peligros. “Constatamos con dolor que, a veces, el nombre de la religión es usado para cometer atrocidades y, en consecuencia, las religiones son señaladas como responsables del mal que nos rodea. Es necesario (.) tomar distancias de todo lo que busca envenenar los ánimos, dividir y destruir la convivencia; hace falta mostrar los valores positivos inherentes a nuestras tradiciones religiosas para lograr un sólido aporte de esperanza”, señaló.

Y siguió: “Es necesario que compartamos los dolores como también las esperanzas, para poder caminar juntos, cuidando el uno del otro, y también de la creación, en defensa y promoción del bien común. Qué bueno sería dejar el mundo mejor que como lo encontramos. Es lindo eso, en un diálogo habido hace un par de años, un entusiasta del cuidado de la casa común decía: tenemos que dejar para nuestros hijos un mundo mejor. Y ¿habrá hijos para eso?, contestó el otro”.

Justamente el cuidado del medio ambiente, bajo la inspiración de la encíclica “Laudato Sii”, fue el tema que inspiró el primer encuentro interreligioso de estos 7 y 8 de septiembre. Un asunto para nada teológico.

El Papa mismo, en su discurso, dio las claves para comprender el por qué del tópico abordado. Entre otras cosas explicó que “el creyente”, sea de la religión que sea, debe ser “un defensor de la creación y de la vida”, al mismo tiempo que “no puede permanecer mudo o de brazos cruzados ante tantos derechos aniquilados impunemente”.

“El mundo constantemente nos observa a nosotros, los creyentes, para comprobar cuál es nuestra actitud ante la casa común y ante los derechos humanos; además nos pide que colaboremos entre nosotros y con los hombres y mujeres de buena voluntad, que no profesan ninguna religión, para que demos respuestas efectivas a tantas plagas de nuestro mundo, como la guerra y el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, la corrupción y el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía y, sobre todo, la falta de esperanza. El mundo de hoy sufre y necesita nuestra ayuda conjunta, así lo está pidiendo. ¿Se dan cuenta que esto está a años luz de cualquier concepción proselitista?”, apuntó.

“Es fundamental la cooperación interreligiosa, basada en la promoción de un diálogo sincero y respetuoso. Si no existe respeto recíproco no existirá diálogo interreligioso; es la base para poder caminar juntos y afrontar desafíos”, estableció.

Entre otras cosas, en la audiencia con el Papa estaba prevista la participación del secretario general de la OEA Luis Almagro, quien debió cancelar de último momento su viaje a Roma por el fallecimiento de su madre. De todas maneras Gustavo Sinosi, asesor principal del secretario, anunció que el segundo encuentro de diálogo interreligioso tendrá lugar el año próximo en Chile, luego del ofrecimiento del gobierno de ese país.

Al final del encuentro, los participantes firmaron una declaración final que los comprometió a seguir fomentando la cultura del encuentro, a crear ámbitos de investigación donde se estudien las causas del fundamentalismo, a trabajar en espacios educativos para formar a niños y jóvenes en el diálogo, a promover la “conversión ecológica en diálogo con la Tierra” y a incentivar la promoción de los derechos humanos.(VATICAN INSIDER )