Añade además su preocupación por “la definición amplia y vaga de los delitos contra la religión previstos en los artículos de esa ley”, que consiste en algunos artículos del Código Penal de Pakistán, y señala “el uso desproporcionado de esas leyes contra personas que pertenecen a minorías étnicas y religiosas”.
La Comisión deplora “el elevado número de casos de blasfemia basados en falsas acusaciones y la faltan de las relativas investigaciones y acciones penales”, mientras que “los jueces que juzgan los casos de blasfemia sufren intimidación, amenazas de muerte y asesinatos”.
Por lo tanto Comisión recomienda a Pakistán “que considere la posible derogación de la ley sobre la blasfemia, que va en contra de la libertad de expresión y de religión, establecida por la Constitución”, y pide “que se tomen todas las medidas necesarias para procesar y castigar a los autores de las acusaciones falsas” así como también “el aportar protección a los jueces”.
Entre otras recomendaciones para detener la discriminación y proteger a las minorías étnicas y religiosas, se pide que se refuerce la independencia y la eficacia de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, instituida en el estado en 2015, también mediante la asignación de recursos suficientes y ampliando las competencias y poderes, como el de investigar todos los casos de violación de derechos humanos.(ZENIT)